El que un viajero siga en la oración a una persona residente, o al contrario es detestable, y el significado de ‘detestable’ en este caso es que recibirá menos recompensa que la que recibe el orante residente que sigue a un residente, o el viajero que sigue a un viajero.[1]
Si entre el seguidor y el dirigente de la oración, o entre el seguidor y otro seguidor que es el mediador de la conexión con el dirigente sea en volumen menos del de un ser humano en prosternación (un codo real=entre 50 y 60 cms.), no tiene inconveniente.[2] Pero si la distancia es mayor, difiere la opinión de los juristas. Un grupo opina que la oración de los demás se vuelve individual. Pero según lo que opina el autor de la obra ‘Urwat Al-Wuzqâ es, si aquellos que se encuentran en la primera fila (son viajeros), cuando terminan su oración (es decir 2 ciclos) de inmediato se levantan y realizan otra oración (otros 2 ciclos) no daña la oración colectiva de los demás.[3]
[1]– Para conocer la opinión de otros juristas a este respecto recurra a: Taudîh Al-Masâ’il (Al-Mahshâ del Imam Jomeînî), t.1, p.804, asunto 1490.
[2]– Ídem, p.774, asunto1417.
[3]– Al-Yazdî Al-Sayyid Muhammad Kâdzim, Al-‘Urwat Al-Wuzqâ (Al-Mahshâ), t.3, p.148, asunto 15.