Respecto a la opresión e insultos realizados a la honorable Fátima Zahra (s.) no tienen ninguna contradicción con la valentía y presencia del Imam ‘Alî (a.s.) en ese momento, puesto que ‘Alî (a.s.) en esa situación debía, espada en mano, defender los derechos pisoteados de él y del Ahl Bayt del Profeta (s.a.w.), o callar, y en la medida de sus posibilidades fortalecer al Islam desde otras perspectivas. Entonces oponerse significaba crear desunión entre los musulmanes, debilitar a la nueva sociedad islámica y en conclusión incrementar aún más el peligro de la invasión de los romanos así como la rebelión de los apóstatas y de los que pretendían la profecía. El Imam ‘Alî (a.s.) para no destruir los esfuerzos del Profeta (s.a.w.) y no pisotear la sangre de los mártires, aceptó ofrecer a su esposa y a sus hijos a cambio de la protección del Islam.
En la época en que un grupo de los cercanos del Profeta (s.a.w.) se reveló para protestar en contra de las decisiones tomadas en Saqîfah, se reunió en la casa del Imam ‘Alî (a.s.) negándose a realizar el pacto de fidelidad con Abu Bakr. ‘Umar fue comisionado por parte de Abu Bakr para tomar el pacto de fidelidad de ese grupo, en especial de ‘Alî (a.s.). Los textos históricos registraron que durante la realización de la decisión de Abu Bakr y de ‘Umar, ocurrieron algunos sucesos que para obtener información de estos el querido lector puede recurrir a las fuentes válidas.[1]
Considerando las diversas y válidas narraciones históricas que incluso existen en la obras de la Escuela Sunita, este suceso por desgracia es cierto.[2]
Pero el que por qué el Imam ‘Alî (a.s.) a pesar de la valentía y el coraje que tenía silenció ante todos estos actos y no luchó en su contra, debemos decir que:
Amîr Al-Mu’minin, ‘Alî (a.s.), se encontraba ante dos caminos: o se levantara con la ayuda de sus verdaderos amigos que no consideraban legal al recién gobierno y recuperara a través de la fuerza su derecho, o soportara la situación existente y en la medida posible procediera para solucionar los problemas de los musulmanes y realizar sus obligaciones.
Ya que el propósito de los líderes Divinos no era obtener el poder y el rango, sino que su propósito era algo superior a la protección de su situación, Amîr Al-Mu’minin (a.s.) al valorar la situación política y social de la sociedad islámica llegó a la conclusión de que si insistía en recuperar su derecho y enfrentar la opresión hecha hacia su esposa Fátima (a.s.) se presentaría una situación en la que se perderían todos los esfuerzos del Profeta del Islam (s.a.w.) y las sangres puras de los mártires. Por ello prefirió aceptar la situación acontecida y en forma indirecta preservar la existencia del Islam.[3]
Si el Imam (a.s.) con espada en mano hubiese enfrentado al gobierno, o en otra forma hubiese mostrado su valentía y coraje, sin duda aquellos que se consideraban califas no silenciarían, y provocaría una guerra civil entre los musulmanes, ocurriendo sucesos aun más desagradables. Por ejemplo:
1. Alî (a.s.) perdería a muchos de aquellos que se encontraban estables en el pacto de fidelidad que hicieron con el Profeta (s.a.w.) y amaban con toda su alma a ‘Alî (a.s.).
2. Provocaría una gran desunión entre la comunidad del Islam, y sería destruido un gran número de los Compañeros Cercanos del Profeta (s.a.w.) que eran considerados un poderoso poder ante los enemigos del Islam. O al terminar con la unión se debilitaría la sociedad islámica.
3. Un gran número de aquellos que habían aceptado el Islam en los últimos años de vida del Profeta (s.a.w.), después del fallecimiento de este honorable se volvieron apóstatas tomando una posición a la ofensiva hacia el gobierno islámico. En una situación crítica como ésta, si el honorable ‘Alî (a.s.) hubiese mostrado oposición, la sociedad islámica se hubiese enfrentado a un gran peligro.
4. No debemos olvidar el peligro de los pretenciosos de la profecía, tales como “Musaylamah y Sayah”, que creando diferencias era posible que provocaran daños irreparables al Islam.
5. Otro peligro que amenazaba también a la sociedad islámica eran los romanos que buscaban una oportunidad para atacar al centro del Islam. Si en esa situación el Imam ‘Alî (a.s.) se levantaba sin duda el frente de los musulmanes se debilitaría y los enemigos del Islam hubiesen podido llegar a alcanzar más fácilmente sus objetivos.
Lo mencionado es un resumen de los factores por los cuales el Imam (a.s.) prefirió la tolerancia al levantamiento, y con esta iniciativa y estrategia pudo salvar a la sociedad musulmana de grandes peligros. Esta decisión fue sólo para proteger al Islam auténtico y por el apego que sentía hacia la unión entre los musulmanes, así como para realizar una obligación.[4]
El Imam (a.s.), en sus palabras llenas de tristeza y dolor mencionó el secreto de su silencio en otra forma en el Sermón Shiqshiqi-ya [5] en el Nahÿul Balâgah ahí donde dijo:
“Estaba en gran aprieto; había dos alternativas ante mí: o bien combatir por mis derechos sin la ayuda de seguidores o pacientemente soportar el despojo. El sufrimiento iba a ser de una duración tan larga y triste que durante este período, los jóvenes se harían viejos, los viejos perderían su vitalidad y los fieles terminarían sus días intentando en vano mejorar la situación. Después de haber pesado la situación cuidadosamente, llegué a la conclusión que lo más sabio para mí era hacer frente al desastre con paciencia y coraje. Por consiguiente, lo soporté todo pacientemente, aunque sólo el pensamiento de haber sido despojado de mi justo derecho era extremadamente doloroso y penoso para mí”.[6]
En otra parte en respuesta a uno de los parientes del Imam ‘Alî (a.s.) que en esos mismos días del suceso en Saqifah alababa las virtudes de ‘Alî (a.s.) y criticaba a la gente por haberlo abandonado dijo:
در جای دیگر در جواب شخصی از بستگان حضرت علی (ع) که در همان روزهای سقیفه فضائل حضرت را می ستود و از مردم بخاطر رها کردن او انتقاد می کرد فرمودند:
“Mantener a la religión saludable (alejar las contradicciones y la desunión) es mejor para nosotros que cualquier otro asunto”. [7]
Estas frases muestran que aquello que había obligado al Imam ‘Alî (a.s.) a silenciar fue algo más importante que los desagradables sucesos ocurridos, es decir proteger a ese nuevo retoño, la sociedad islámica. Y el Imam (a.s.) estuvo de acuerdo a ofrecerse a sí mismo, a su esposa y a sus hijos en este sendero.
Las palabras más evidentes en las cuales ‘Alî (a.s.) mencionó la causa de su silencio se encuentra en el Nahÿul Balâgah en estas frases:
“Juro por Dios que en esa oportunidad ni siquiera pasó por mi mente que los árabes arrebatarían el califato de la familia y descendientes del Santo Profeta (BP), y que por otra parte estuvieran dando el juramento de obediencia al califato, a cierta persona. En todo momento me mantuve alejado de esa batalla por la supremacía y el poder político, hasta que descubrí que los herejes se habían encaminado abiertamente hacia el cisma y estaban intentando socavar y destruir la religión predicada por nuestro Santo Profeta (BP). Sentí el temor, después de ver y reconocer el mal que, si no me levantaba para ayudar a los musulmanes y al Islam, hubiese sido peor que la calamidad de perder mi autoridad ante ustedes, que era solamente una situación pasajera y efímera. Por tanto, cuando me puse de pie en medio de la agobiante cantidad de innovaciones y del cisma, las negras nubes de la herejía, la falsedad y el cisma, fueron aniquiladas y la religión fue salvada”.[8]
[1]– Tarij Tabari, t.3, p.202. Lo dicho por Tabari es lo siguiente:
"اتی عمر بن خطاب منزل علي(ع) فقال : لاحرقن علیکم او لتخرجن الی البیعة".
Ibn Abi Al-Hadid en su obra de Exegesis (t.2, p.56), esta frase la transmitió también de la obra Saqifah de Ÿauhari; Al-Imamat wa Al-Siasat, t.2, p.12; Ibn Abi Al-Hadid, Exegesis del Nahÿul Balâgah, t.1, p.134; A'alam Al-Nisa', t.3, p.1205; Ibn ‘Abdu Rabbih Andalusi, fallecido el 495 d.H., escribió lo siguiente:
"بعث الیهم ابوبکر عمر بن خطاب لیخرجهم من بیت فاطمة و قال له ان ابوا فقاتلهم. فاقبل بقبس من النار علی ان یضرم علیهم الدار. فلقیته فاطمة فقالت یابن الخطاب ا جئت لتحرق دارنا؟ قال:نعم او تدخلوا فیما دخلت فیه الامة".
‘Aqd Al-Farîd, t.4, p.260; así también recurrir a: Tarij Abî Al-Fada’, t.1, p.156; A'alam Al-Nisa', t.3, p.1207; Al-Mas’udî, Isbat Al-Wasîîah, p.124, transmitió lo siguiente del Mihant Fatemeh, p.60:
"فهجموا علیه و احرقوا بابه و استخرجه منه کرها و ضغطوا سیدة النساء بالباب حتی اسقطت محسنا".
Milal wa Al-Nihal, t.2, p.95; Taljis Al-Shafi, t.3, p.76; Furuq Wilayah, p.186.
[2]–Para más información recurrir a: (1) Libro: Respuesta a la leyenda del martirio, autor Sayyid Ÿawâd Husayni Tabâtabâî. (2) Respuestas a preguntas religiosas, http://porsojoo.com/fa. (3) Página http://www.balagh.net.
[3]– Pishwai Mahdi, Sirah Pishwaian, p.65.
[4]– Idem, p.71.
[5]– Nahÿul Balâgah, sermon 3.
[6]– Nahÿul Balâgah, Subh Salih, Sermón 3, Shiqshiqi-ya.
[7]– Exegesis Nahÿul Balâgah, t.6, pp.23-45.
[8]– Nahÿul Balâgah, Carta del Imam ‘Alî (a.s.) que escribió a la gente de Egipto, no.62.