Pero mi pregunta es esta que ¿acaso la aleya coránica no dice directa y únicamente “las bendiciones para Muhammad”, y cómo puede decirse que mencionar Âle-Muhammad en las bendiciones es obligatorio? ¿Acaso esto no es una forma de innovación en la religión? Los sabios con respecto a decir: “Atestiguo que el Amîr Al-Mu’minin es el Walî de Al.lah", en el llamado a la oración (adhan) dicen: “Si se recita por ser algo preferible tiene recompensa, pero si alguien lo pronuncia considerándolo como parte del adhân, es como una innovación en la religión y es prohibido”. Ahora puede considerarse el enviar bendiciones a la familia de Muhammad (s.a.w.) como un acto preferible, considerando la aleya que directamente dice: «Dios y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!» (33: 56), mientras que el Profeta (s.a.w.) no puede ser incluido en el Ahl-Bayt ni tampoco al pronombre “alaihi – a él”. En otras partes del Corán puede interpretarse a Ahl-Bayt como Ulâ Al-‘Amr o “los dotados de autoridad” y “los Inmaculados Imâmes (a.s.)”. Pero Nabî (Profeta) sólo puede atribuirse a Muhammad (s.a.w.). Ahora considerando lo que el Corán dice directamente podemos decir que el envío de bendiciones a Âle-Muhammad no es parte original del salawât, y debe decirse por preferencia. Entonces mencionar a Âle-Muhammad al enviar bendiciones no es obligatorio.
Por favor de una respuesta teológica y filosófica, y absténgase de mencionar narraciones –tanto shi’ítas como sunitas– respecto a la obligatoriedad de enviar bendiciones a la familia de Muhammad (s.a.w.) puesto que todas éstas las conozco.
Incluir a Âle-Muhammad en las bendiciones enviadas al Profeta (s.a.w.), no sólo no es una innovación sino que coincide con lo que dice el Corán, las narraciones, el intelecto y la gnosis, puesto que:
1. El significado de innovación es que se considere como parte de la religión algo que no existe en ésta. Nosotros al enviar bendiciones a la familia del Profeta (s.a.w.) no lo consideramos una innovación puesto que en las narraciones del Profeta y de los Inmaculados Imâmes se encuentra registrado este asunto.
2. Dios Sublime colocó para Sus siervos una serie de obligaciones y en Generoso Corán en forma general mencionó lo principal de su obligatoriedad así como algunas de sus características. Pero en el Corán no se mencionan todas las particularidades ni las condiciones. Para más información de todas las demás partes y particularidades deberá recurrirse al interlocutor verdadero y a los intérpretes auténticos del Corán, es decir al Profeta (s.a.w.) y a los Inmaculados Imâmes (a.s.), puesto que Dios colocó al Profeta (s.a.w.) como intérprete y clarificador del Corán.
En base a esto, cuando el Profeta (s.a.w.) en la interpretación de la aleya dijo: “Cuando me envíen bendiciones incluyan a mi familia junto a mí”, quiso decir que este asunto se entiende del Corán.
3. El Corán, además de su significado aparente tiene también un significado profundo interno que el Profeta y su familia (a.s.) pueden informar a este respecto. El significado aparente del vocablo Al-Nabî (el Profeta) aunque no incluye a Âle-Muhammad, pero según su significado interno incluye a la familia del Profeta.
4. Las aleyas del Corán consideran al Profeta (s.a.w.) y a su Ahl-Bayt (a.s.) como una verdad singular. Además los sabios y eruditos, consideran iguales a las personas que concuerdan ideológicamente y existen innumerables narraciones que al Profeta (s.a.w.) y a su Ahl-Bayt (a.s.) los consideran de una misma luz. Por ello en la gnosis a esa luz singular, es decir el Profeta y su Ahl-Bayt, la interpretan como la verdad muhammadiah (de Muhammad) y la primera emanación. Considerando esto ¿cómo es posible que alguien envíe bendiciones para el Profeta (s.a.w.) pero no lo haga para su familia? Explicado de otra manera, el salawât para la familia del Profeta es ese mismo salawât para el Profeta y los dos hablan de una misma realidad.
El último punto es que el salawât para el Profeta (s.a.w.) no es obligatorio en forma absoluta, sino que en casos especiales, tales como al atestiguar en la oración, que es obligatorio. Claro está ahí donde decir el slalwât es obligatorio, decir “Âle-Muhammad” también es obligatorio. Y en los casos preferibles decir “Âle-Muhammad” también es preferible, y no decir “Âle-Muhammad” provoca que el salawât esté incompleto.
Para evidenciar la respuesta habrá que tomar en cuenta algunos puntos:
1. Innovación, significa considerar como parte de la religión aquello que no existe en ésta. Este punto fue comprobado en su lugar que lo dicho y la conducta del Profeta (s.a.w.) y la de su Ahl-Bayt (a.s.) son parte de la religión. Entonces es incorrecto lo que usted dice respecto a que Âle-Muhammad no se encuentra en el Corán y es una innovación, puesto que inclusive si no hubiese estado en el Corán, con existir sólo en las narraciones es considerado parte de la religión, y no es innovación. Los juristas que dicen que es innovación incluir la atestiguación del wilâîah (“Atestiguo que el Amîr Al-Mu’minin es el Walî de Al.lah") en el llamado a la oración con la intención de que sea parte de ésta, se refiere a que no tenemos una razón en la religión (aleyas y narraciones) para decir que es parte de ésta.
2. Los deberes y las obligaciones que Dios Sublime determinó para los seres humanos, tales como la purificación, la oración, el ayuno, la peregrinación, la lucha santa, el quinto, el azaque y otros, todas estas se encuentran en el Corán, pero no mencionadas con todos sus detalles, condiciones, prerrequisitos e impedimentos, sino que sólo se menciona lo obligatorio, y algunos de los factores y las condiciones en forma general. Por ejemplo en el Generoso Corán menciona lo principal de la obligatoriedad de la oración, y también se indican algunas partes y condiciones de ésta, tal y como la inclinación, prosternación y purificación, pero la recitación de la inclinación y prosternación, la mención de las cuatro glorificaciones, el levantamiento después de la inclinación, como realizar el baño completo, la ablución con agua y tierra, y otros no fueron mencionadas en ninguna aleya en forma completa y con todas sus especialidades.
El método de los musulmanes desde un principio fue que para alcanzar estos detalles iban a visitar al Profeta (s.a.w.) y le preguntaban respecto a los detalles y como realizar sus obligaciones, para actuar según lo que escuchaban de este generoso (s.a.w.).
Respecto al salawât también fue lo mismo que después de haber descendido la aleya del salawât: «Dios y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!»[1], los musulmanes fueron a visitar al Profeta (s.a.w.) y le preguntaron respecto a la forma en que debían enviarle bendiciones, y tal y como dice en las numerosas narraciones (mutiwâtir) tanto de los shi’ítas como sunitas, el Profeta (s.a.w.) dijo: “Decid: ¡Oh, Al.lah! Bendice a Muhammad y a su familia, tal y como bendijiste a Abraham y a la familia de Abraham…!”[2] Y así los musulmanes se percataron de su obligación respecto al envío de las bendiciones.[3]
Es decir, cuando Dios acordó que Su Enviado fuese explicador e interpretador del Corán[4], considera las explicaciones e interpretaciones de éste como las Suyas propias, y el Profeta (s.a.w.) interpretó a la aleya: «Dios y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!»[5], como “¡Oh, Al.lah! Bendice a Muhammad y a su familia”. En conclusión, las bendiciones a su familia (Âle) se deduce del mismo Corán.
3. El Corán, además de su significado aparente tiene también un significado profundo interno que el Profeta y su familia (a.s.) pueden informar a este respecto.[6] En base a esto puede decirse que las narraciones que indican incluyan también a Âle-Muhammad cuando se envíen bendiciones al Profeta señalan el sentido interno del Corán; es decir, el significado aparente del vocablo Al-Nabî (el Profeta) aunque no incluye a Âle-Muhammad, pero según el significado interno Âle-Muhammad está incluido en éste.
4. De las aleyas coránicas puede deducirse que Dios considera al Profeta (s.a.w.) y a su familia (a.s.) como una verdad singular. Como ejemplo ponga atención en la aleya de la purificación: «Ciertamente, Dios quiere apartar de vosotros la impureza ¡Gente de la Casa! y purificaos absolutamente».[7] Dios coloca al Profeta y a su familia como una verdad singular digna de ser atendida.
La aleya de la amistad: «Di: No os pido recompensa por ello, excepto el amor a los familiares».[8] Puesto que Dios en esta aleya considera a la amistad con sus parientes como la recompensa de la misión del Profeta (s.a.w.), se evidencia que desde el punto de vista de Dios considera unidos al Profeta (s.a.w.) y a su familia (a.s.). O la aleya de mubahilah o mutua maldición: «Dile: «¡Venid! ¡Llamemos a nuestros hijos y a los vuestros, a nuestras mujeres y a las vuestras y a nosotros mismos y a vosotros mismos y supliquemos [el juicio de Dios] y que la maldición de Dios caiga sobre los mentirosos!».[9] Tal y como puede observarse en esta aleya el Imâm ‘Alî (a.s.) fue interpretado como el alma del Profeta (s.a.w.), y consideró necesario para la aceptación de las súplicas la presencia de este grupo (Ahl-Bayt).
5. Existen numerosas narraciones que mencionan que el Profeta (s.a.w.) y su Ahl-Bayt son una luz singular.
Como ejemplo ponga atención en esta narración: “El gran Profeta (s.a.w.) dijo: Yo fui creado de la luz de Dios, y mi Ahl-Bayt fue creada de mi luz”.[10]
6. Los sabios también a las esencias luminosas del Profeta y de su Ahl-Bayt las interpretan como la verdad muhammadiah (de Muhammad) y la primera emanación, que es una verdad y tiene manifestaciones y numerosas presentaciones.
7. Desde el punto de vista de los sabios y eruditos, el grupo que sostiene una misma creencia y pensamiento, y no existe ninguna contradicción mental ni práctica entre sí, es considerado una misma verdad, y como quien dice, es visto de una misma manera.
En conclusión el incluir en el salawât para el Profeta (s.a.w.) a la familia de este generoso, no sólo no es innovación, sino que coincide con el mismo Corán, con las narraciones, el intelecto, los sabios y eruditos, y enviar bendiciones a la familia del Profeta es lo mismo que enviar bendiciones al Profeta, y los dos hablan de una misma realidad.
El último punto es que el salawât para el Profeta (s.a.w.) no es obligatorio en forma absoluta, sino que en casos especiales, tales como en la atestiguación en la oración, que es obligatorio.[11] Claro está ahí donde decir el slalwât es obligatorio, decir “Âle-Muhammad” también es obligatorio. Y en los casos donde decir el salawât es preferible decir “Âle-Muhammad” también es preferible, y omitir “Âle-Muhammad” provoca que el salawât esté incompleto.
[1]– Al-Aĥzāb 33: 56.
[2]– Exegesis Nemunah, t.17, p.419.
[3]– Para más información recurrir al Índice; Las bendiciones a Muhammad y a la familia de Muhammad, pregunta 428.
[4]– Al-Ĥašr 59: 7.
[5]– Al-Aĥzāb 33: 56.
[6]– Bihâr Al-Anwâr, t.89, p.90-95.
[7]– Al-Aĥzāb 33: 33.
[8]– Aš-Šurā 42: 23.
[9]– Āle ‘Imrān 3: 61.
[10]– Bihâr Al-Anwâr, t.15, p.20.
[11]– Tahrîr Al-Wasîlah, t.1, p.143, respecto a la atestiguación, asunto no.1.