De las aleyas coránicas se deduce que la causa de que Abel fuese asesinado por Caín, fue el atributo abyecto de una envidia que prendía dentro de Caín, y al final terminó con la muerte inocentemente de Abel.
El Generoso Corán la historia de los hijos de Adán y la muerte de uno por medio del otro, la explica de la siguiente manera: «Cuando ambos realizaron una ofrenda (para acercarse) a Dios y a uno (Abel) de ellos le fue aceptada pero al otro (Caín) no».[1] Este mismo asunto provocó que el hermano al cual no le fue aceptada la ofrenda (Caín) amenazara de muerte al otro (Abel) y jurase «¡… te mataré!»[2] Pero el segundo hermano (Abel) lo aconsejó y dijo: “Si sucedió algo así no es mi culpa, sino la tuya, puesto que tu acto no iba acompañado de continencia ni abstinencia y «Dios sólo acepta la ofrenda de quienes son temerosos».[3] Entonces agrega: “Inclusive «Si levantas tu mano para matarme yo no levantaré la mía para matarte. En verdad, temo a Dios, el Señor de los mundos»[4] (y nunca contaminaré mis manos de ese pecado).
Además no quiero cargar con los pecados de otro, sino que «deseo que cargues con mi pecado y con el tuyo»[5] (si en verdad realizas esta amenaza, tendrás que cargar con los pecados que cometí en el pasado, pues me quitaste el derecho de vivir y deberás pagar esta indemnización y puesto que no haz realizado actos virtuosos deberás cargar con mis pecados) e indudablemente al aceptar esta gran responsabilidad «Deseo que cargues con mi pecado y con el tuyo y que seas de la gente del Fuego. Esa es la recompensa de los opresores».[6]
De estas aleyas se deduce perfectamente que el origen de las primeras diferencias, asesinato, violación y transgresión en el mundo humano fue el asunto de la envidia, y este asunto nos familiariza con la importancia de esta moral abyecta y efecto extraordinario en los sucesos sociales.[7]
[1]– Sagrado Corán 5:27.
[2]– Ídem.
[3]– Ídem.
[4]– Sagrado Corán 5:28.
[5]– Sagrado Corán 5:29.
[6]– Ídem.
[7]– Recurrir a: Exegesis Nemunah, t.4, p.346; Exegesis Al-Mîzân (traducción al persa), t.5, p.491; Min Hudâ Al-Qurân, t.2, p.353.
En la Exegesis Min Hudâ Al-Qurân del Saîîed Muhammad Taqî Mudarresî encontramos: “El motivo que obligó a Caín a realizar el primer asesinato en la historia del ser humano, fue el motivo de la envidia. La envidia es un instinto de avidez y supremacía.
Los humanos pueden dividir las caridades de la Tierra entre ellos mismos, sin la necesidad de que tengan que matar. Puesto que Dios otorgó con abundancia aquello que el ser humano necesita para vivir, y para adquirirlo no necesita pelear con los demás.
Pero las guerras se ocasionaron como efecto del ardor y desbordamiento de los instintos de supremacía que es un instinto satánico y deberá ser controlado y limitarlo”.