El Corán es la palabra de Dios y un Libro para leer, entender y practicar, y así el ser humano llegue a alcanzar la felicidad de la vida bajo la sombra de la práctica de sus órdenes. Pero todas las aleyas coránicas desde la perspectiva de su significado y entendimiento no son iguales. El entendimiento de algunas aleyas es fácil y el de otras difícil, mientras el entendimiento de un tercer grupo es muy difícil, que sólo un grupo de los elegidos privilegiados, que en verdad son el Profeta (s.a.w.) y los Inmaculados (a.s.), son capaces de realizarlo.
Los seres humanos que viven en la época de un Inmaculado (a.s.), si entienden la lengua del Corán, cada uno en la medida de sus conocimientos podrían recurriendo al Corán beneficiarse de algunos de los significados de las aleyas. Pero para entender en forma exacta y completa todas las aleyas, y para interpretarlas así como explicar lo no-manifiesto de éstas, es necesario que pidan ayuda al Profeta (s.a.w.) y a los Inmaculados Imâmes (a.s.).
El Corán es la palabra revelada de Dios Sublime y el Libro de la vida. En sus aleyas se mencionan las órdenes correctas para vivir. En realidad cuando el ser humano recita el Corán, Dios habla con éste, y el hombre deberá esforzarse para entender el significado de la palabra de Dios. Al igual que Dios invitó también a la gente a meditar y reflexionar en sus aleyas.[1]
Pero debe saberse que todas las aleyas coránicas desde la perspectiva de su significado no son iguales. Algunas de éstas son entendibles para toda entre la gente de cualquier época y lugar, y otras tienen significados profundos que su entendimiento es posible sólo para un grupo de privilegiados de la gente. Un tercer grupo son las aleyas que tienen un significado completamente profundo, que sólo los elegidos de los privilegiados pueden entender estos significados.
El Generoso Corán dice: «…en la [Escritura Sagrada] que hay versículos unívocos que son como la Madre de la Escritura [Sagrada] y otros que son equívocos. …y pretendiendo interpretar su simbolismo. Pero su simbolismo sólo lo conoce Dios y los arraigados en el conocimiento…».[2]
El Imâm Bâqir (a.s.) dijo: “El Profeta (s.a.w.) fue el más arraigado en el conocimiento, y sabía todo aquello que Dios le había revelado, y todo lo de ta’wîl (interpretación profunda y completa) y tanzîl (descenso paulatino) del Corán. Dios no le reveló nada a menos que le hubiese enseñado su interpretación profunda y completa, y él y sus sucesores sabían todo esto”.[3]
Por lo tanto aquellos que vivieron en la época de un Inmaculado Imâm (a.s.), si conocían la lengua del Corán (el árabe) y entendían el significado de este Libro Sagrado, cada uno en la medida de sus conocimientos podría directamente recurrir al Corán y beneficiarse de los significados de este Libro. Pero puesto que el grado de entendimiento de estos no se encontraba al nivel del entendimiento del Profeta (s.a.w.) ni de los Inmaculados Imâmes (a.s.) para entender el significado exacto de los asuntos profundos del Corán era necesario que recurrieran al Profeta (s.a.w.) y a los Inmaculados Imâmes (a.s.), y les solicitan el significado profundo de las aleyas, así como la interpretación profunda y completa de éstas, así como a las verdades de lo no-manifiesto del Corán.