Desde siglos atrás en la India se trazó una hipótesis llamada “transmigración” que hablaba del retorno de las almas y de su repetido regreso al mundo. Esta hipótesis con el transcurso del tiempo poco a poco atrajo la atención de un gran número de personas, incluso hubo quienes la aceptaron como una creencia religiosa. Durante este extenso intervalo, sabios destacados debatieron y criticaron este asunto, presentando luego numerosas razones para su falsedad.
El Islam rechaza y directamente refuta el regreso de las almas al mundo en el molde de otra persona o de otra criatura viviente para realizar buenos actos y obtener condiciones coexistentes con las almas. El Corán a este respecto dice: “Cuando a alguno de ellos le llega la muerte, dice: «¡Señor mío! ¡Hazme regresar (al mundo) para que pueda actuar rectamente en (la vida que me regresas) aquello que dejé descuidado!» (Se le responde) ¡Pero no! Eso no son más que palabras (infundadas) que ellos dicen (pero no se les presta atención). Y les está aguardando (la muerte en) el mundo intermedio, en el cual estarán hasta que sean devueltos a la vida (resuciten y salgan de sus tumbas)”.
El Imâm Ridâ (a.s.) dijo: “Aquél que acepte la transmigración y crea en ella, niega a Dios Sublime, y consideró irreales al Paraíso y al Infierno”.
En base a las escuelas de los Profetas Divinos, con la muerte del ser humano el alma del hombre se separa del cuerpo y es trasladada al mundo intermedio para en ese lugar continúe su vida. Si es de los buenos en ese lugar se beneficiará de sus buenos actos, pero si es de los malos será castigado por sus malas acciones hasta que llegue el día de la Resurrección. Según las escuelas de los Profetas (a.s.) el decreto Divino decidió que el alma de los humanos no retorne al mundo después de la muerte, no inicie una nueva vida en este mundo, sino que quede en el mundo intermedio hasta que se establezca el día de la Resurrección y sea trasladado de ahí al mundo eterno.
Pero desde siglos atrás en la India se trazó una hipótesis llamada “transmigración” que hablaba del retorno de las almas y de su repetido regreso al mundo. Esta hipótesis con el transcurso del tiempo poco a poco atrajo la atención de un gran número de personas, lo consideraron un asunto real, incluso hubo quienes la aceptaron como una creencia religiosa. Durante este extenso intervalo, sabios destacados debatieron y criticaron este asunto, presentando luego numerosas razones para su falsedad.
Los partidarios de la transmigración sostienen que las almas de dos grupos de seres humanos no regresan al mundo: primero aquellas que en el sendero hacia la felicidad llegaron al máximo grado de la perfección, quienes después de la muerte llegan a la perfección absoluta. Ellas no tienen ninguna deficiencia para que quieran regresar al mundo y compensar las carencias de su vida anterior con esfuerzos y acciones.
Segundo grupo, aquellas que se encuentran en un alto grado de desdicha. Ellas tampoco regresan al mundo, puesto que durante los días de su vida fueron a tal grado descarriadas que cerraron el sendero de la felicidad para sí mismas, se vieron afectadas por la caída eterna no pudiendo, con el regreso al mundo, compensar su pasado ignominioso ni tampoco llegar a la felicidad y perfección, aunque sea relativa y limitada.
Ellos consideran que la transmigración y el regreso al mundo es especial del tercer grupo: es decir del grupo intermedio que se encuentra entre los que llegaron a la perfección prósperos y los que cayeron en la perdición desdichados. Cuando ellos se van del mundo su alma regresa nuevamente a éste y en proporción con el temperamento diferente que tienen se presentan en formas desemejantes y diversas. Por ello para cada forma dieron un nombre especial. Si encarna en forma de un ser humano es llamado nasj y si transmigra en un animal masj, y si el alma del ser humano transmigra en algún tipo de vegetal fasj y si el alma humana entra en un cuerpo sólido es llamado rasj.
Los creyentes de la transmigración sostienen que en algunos asuntos, el regreso de las almas al mundo es para compensar las faltas con el propósito de perfeccionar el alma y alcanzar los elevados grados humanos. Así también dicen que una de las razones del retorno de las almas al mundo es que los buenos en la vida nuevamente disfruten de la recompensa de sus buenas morales y actos aceptables, y los malos también vean el castigo de su conducta abominable y el comportamiento malo que tuvieron. Puesto que algunos individuos vivieron con características humanas y transitaron su vida con pureza, pero siempre se vieron afectados por diversas privaciones y su estancia en el mundo la pasaron con pobrezas y penurias o con dolores y enfermedades. Ellos en su siguiente vida reciben la recompensa de su buena moral y disfrutan del favor del bienestar. Muchos individuos que en su vida anterior tuvieron una moral y una conducta inadecuada e hicieron sufrir a la gente, estaban beneficiados por diversos favores. Las almas de estos individuos en la próxima vida en proporción a su conducta reencarnan en forma de animal, insecto, vegetales, cuerpos sólidos, o en personas anormales, lisiadas, enfermas o abandonadas en la sociedad y de cualquier forma se ven afectadas por castigos espirituales y corporales.
El Islam rechaza y directamente refuta el regreso de las almas al mundo en el molde de otra persona o de otra criatura viviente para realizar buenos actos y obtener condiciones coexistentes con las almas. El Corán a este respecto dice: “Cuando a alguno de ellos le llega la muerte, dice: «¡Señor mío! ¡Hazme regresar (al mundo) para que pueda actuar rectamente en (la vida que me regresas) aquello que dejé descuidado!» (Se le responde) ¡Pero no! Eso no son más que palabras (infundadas) que ellos dicen (pero no se les presta atención). Y les está aguardando (la muerte en) el mundo intermedio, en el cual estarán hasta que sean devueltos a la vida (resuciten y salgan de sus tumbas)”.[1]
Mientras que según la opinión de aquellos que creen en la transmigración, el día de la Resurrección, el día de las cuentas, en el Paraíso y el Infierno, y en conclusión el día de la recompensa y el castigo del otro Mundo, pierden el lugar verdadero de sí mismos no quedando lugar para ellos, puesto que ellos dicen, la mayoría de los seres humanos constantemente después de la muerte regresan al mundo, y cada vez reciben la recompensa o castigo de sus actos en el mundo. Una opinión así se contradice con los fundamentos de las enseñanzas de los Profetas de Dios (a.s.) y está en contra de la necesidad de la religión sagrada del Islam. Los Inmaculados Imâmes (a.s.) shías lo llamaron directamente incredulidad. Ma’mûn preguntó al Imâm Ridâ (a.s.): “¿Qué opina usted respecto a aquellos que creen en la reencarnación?” El Imâm (a.s.) respondió: “Aquél que acepte la transmigración y crea en ella, niega a Dios Sublime, y consideró irreales al Paraíso y al Infierno”.[2]
El Imâm As-Sâdiq (a.s.) también respecto a los que aceptan la transmigración dijo: “Ellos supusieron que no existe Paraíso ni Infierno, ni levantamiento ni retorno a la vida; al día de la Resurrección lo suponen como si el alma saliese de un cuerpo y entrase en otro cuerpo. Si en el primer cuerpo fue bueno regresará a un cuerpo mejor, y se encontrará en el grado más sublime del mundo. Pero si fue malo o ignorante, se colocará en el cuerpo de algunos cuadrúpedos de labor y de carga que su vida la transitan con sufrimientos y molestias. O vivirán en el cuerpo de pequeñas aves de semblante desagradable que vuelan por las noches y les agradan los cementerios”.[3]
Claro está habrá que considerar que el asunto de la transmigración y el regreso de las almas al mundo no sólo se opone con la religión de los Profetas Divinos (a.s.), provoca incredulidad hacia Dios, negación del día de la Resurrección, de la recompensa y el castigo de la otra Vida, sino que desde el punto de vista científico también los sabios y filósofos lo abandonaron y desecharon, presentando razones para su falsedad.
Mulla Sadra Shîrâzî, reconocido filósofo iraní dijo: “…el grado que ocupa el alma en el primer plano de su formación es el grado de la naturaleza. Después en proporción con su movimiento hacia la perfección de la materia, avanza hasta traspasar los límites de vegetal y animal. Por lo tanto cuando el alma pasa de un grado de potencia a realización aunque esa realización sea muy insignificante, es imposible que regrese nuevamente a ser una potencia y una capacidad pura. Además tal y como se indicó, la forma y la materia son un objeto único que poseen dos perspectivas acto y potencia, y las dos transitan el sendero hacia la perfección, y ante cada capacidad llegan a una realización especial. Por lo tanto es imposible que el alma que pasó de los límites de vegetal o animal, regrese a ser un esperma o embrión”.[4]
Otro problema de la teoría de la transmigración es ¿cómo puede aceptarse la “función identidad” entre la persona en el tiempo t2 que según la pretensión es ese mismo ser en el tiempo t1? Cada uno de nosotros durante nuestras vidas pasamos numerosos niveles, siendo diferentes las especialidades corporales y psicológicas en estos, pudiéndose imaginar eslabones –tales como los recuerdos– para unir los niveles, y estos mismos eslabones confirman la veracidad del asunto para decir que la persona es una. Pero en la teoría de la transmigración ¿por qué causa puede aceptarse la unión del alma en (dos cuerpos y) dos tiempos t1 y t2? Si el criterio es la continuación de un recuerdo según la opinión unánime (según la teoría de la transmigración la mayoría de las personas de la sociedad se encuentran en constante rotación), el individuo no tiene ningún recuerdo de su vida anterior. Pero si el criterio es una continuación corporal aun así en la teoría de la transmigración no tiene ejemplo ni testigo, puesto que en base a esta teoría la persona en ocasiones viene al mundo en forma de mujer, en otras como hombre, a veces como un humano y otras como animal. Y si el criterio de reproducción son las inclinaciones psicológicas, la dualidad del individuo (A) y el individuo (B) que en un tiempo gozan de esta analogía es injustificable. Explicado de otra manera, el problema se plante así que ¿qué cantidad de semejanza en las especialidades psicológicas es necesaria para aceptar la unicidad de las dos personas supuestas? Entonces la continuación de la identidad de una persona en dos tiempos supuestos es imposible.[5]
Factores de la aparición de la teoría de la transmigración
Aquí es conveniente indicar algunos de los factores de la aparición de esta teoría:
A) Factores mentales y filosóficos:
1. Negación de la Resurrección y el otro Mundo
Un grupo puesto que no aceptaba el otro Mundo y tal vez lo consideraba imposible y, por otra parte, negaba la recompensa de los buenos y el castigo de los malos actos lo veían como contrario a la “justicia” de Dios, por ello creyó que el alma de los buenos renacería en el cuerpo de otro en este mismo mundo y en un grado más feliz que el pasado, encontrando así la recompensa de sus buenos actos anteriores. El alma de los malos renacería en los cuerpos que se encuentran sufriendo y luchando, o en cuerpos anormales. Encontrando castigo de sus malos actos. En realidad a través de este se purificarían y llegarían a la perfección.
2. Justificación para la filosofía de la creación de niños enfermos y anormales
Otro grupo, al observar las anomalías y enfermedades de algunos niños especularon que esos niños no habían cometido pecado, entonces ¿por qué Dios los había creado de esa forma y afectado? Sin duda las almas que se encontraban en esos cuerpos eran las de personas malas, pecadoras y transgresoras que para ver el castigo de sus actos se mostraban así habiendo regresado nuevamente a este mundo para sufrir.
B) Factores psicológicos:
1. Compensar las derrotas y privaciones de la vida
Parece como si una de las causas psicológicas de esta creencia, fueron diferentes derrotas que mucha gente enfrentó durante su vida. La reacción psicológica de estas derrotas y privaciones se mostraba en diversas formas: a veces como “subjetivismo”, y refugiándose en las imaginaciones y buscando lo perdido en el mundo de la imaginación, al igual que podemos verlo en muchos poemas. Ellos (los poetas) cuando no podían encontrar a su amado en este mundo, se satisfacían al ver el rostro imaginado reflejado en medio de la copa. Un grupo también el retorno a la nueva vida en este mundo lo consideró un medio para tranquilizar sus pensamientos turbados.
Estas personas derrotadas, para compensar sus derrotas y privaciones supusieron que sus almas reencarnarían nuevamente en este mundo y llegarían a sus deseos en esa nueva vida.
2. Justificar los actos violentos
Otro de los factores psicológicos de esta creencia fue justificar sus actos violentos en las venganzas. Por ejemplo los árabes en la época de la ignorancia tenían una insistencia y obstinación sorprendente respecto al asunto de la satisfacción del sentimiento de venganza, y era posible que heredaran de sus padres y ancestros el odio respecto a una persona o tribu, inclusive en ocasiones para justificar la venganza salvaje de sí mismos se apegaban a esta creencia. Ellos sostenían que cuando uno de los individuos de su tribu fue asesinado su alma volvería a nacer en el cuerpo de un ave semejante al búho que llamaban hâmah, la cual volaba constantemente alrededor del muerto, lamentándose en forma horrible, y cuando colocaban al muerto en la tumba volaba alrededor de ésta y gritaba perseverante “saciadme…, saciadme”, y continuaba lamentándose hasta que no fuese vengado el muerto.
Al final es necesario considerar este punto que la creencia en riÿ’ah (regreso) que es una de las creencias verdaderas de los shías, es diferente a la creencia de la transmigración. En el riÿ’ah el alma regresa guardando las perfecciones primarias y en ese mismo molde del cuerpo anterior, por ello no necesita recuperar lo extinguido, o cambiar y regresar a potencial lo realizado, contrario a la transmigración donde el alma después de llegar a la realización y transitar planos de perfección material y natural, regresa en otros moldes.