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Considerando las indicaciones y los testigos que existen en las aleyas y narraciones, la comida de la Virgen María (s.) era provista directamente y sin intermediarios materiales por parte de Dios y del Paraíso. Aquello que se encuentra en las enseñanzas islámicas es la eternidad de la vida de los seres humanos en el Paraíso y el favorecimiento constante de los beneficios y placeres de ese, en el que sus beneficios son renovables, y por consiguiente no puede imaginarse un fin para ellos.
Pero es natural que el uso de cada beneficio sea considerado una forma de su terminación y desde este aspecto no puede ser estimado como eterno, aunque sea también renovable.
En base a esto, Primero: el que María (s.) usase comida del Paraíso, no se contradice con que la comida del Paraíso fuese eterna. Segundo: se da la posibilidad de que su comida fuese provista del Jardín del Purgatorio (y deberá saberse que no es imposible regresar del mundo intermedio al mundo, pero con el fin del mundo, y al determinarse la situación final de los seres humanos, no quedará mundo para que sea posible su regreso.
Esta respuesta deberá ser analizada desde diversos ángulos:
Primero: ¿Acaso la comida que el Profeta Zacarías (a.s.) veía ante María (s.) era traída para ella desde el Paraíso?
Segundo: ¿Acaso es necesario que las comidas del Paraíso sean eternas o es posible que al igual que los objetos existentes en el mundo material, sean transformables y cambiables?
Tercero: ¿Acaso es posible o no que los seres humanos regresen del Paraíso a la Tierra?
Ahora en este mismo orden las contestamos:
1. Respecto a la primera parte habrá que decir: el Corán respecto a los alimentos de la Virgen María dice: “…Siempre que Zacarías entraba a visitarla a su oratorio, encontraba junto a ella provisiones. Decía: «Oh María ¿De dónde te viene esto?» Ella decía: «De Dios.» En verdad, Dios provee sin medida a quien Él quiere”.[1]
En la aleya no explica que tipo de comida era ésta ni de dónde venía para María (s.), pero de las numerosas narraciones registradas en las obras de hadîz se deduce que la comida de esta dama Divina, eran frutos de otras épocas del año que aparecían junto a su oratorio por orden de Dios.[2] Este no es asunto de asombro que Dios atienda así a su siervo abstinente. Sin embargo algunos de los exegetas (tales como el autor de Al-Minâr) sostienen que el propósito de “rizqâ” (proveer el sustento) en esta aleya fue esa comida común del mundo, puesto que de Ibn Ÿarîr se relata que los hijos de Israel se vieron atrapados por la carestía, y Zacarías no podía proveer las necesidades de sobrevivencia para María, en ese momento hicieron un sorteo, siendo un carpintero el ganador y para él fue un honor el sustentar a María de sus ganancias. Pero cuando Zacarías se presenta junto al oratorio de María se admira grandemente de la existencia de esa comida en esas condiciones, y le pregunta a ella, a lo cual respondió: «De Dios»; es decir, Dios Sublime a un hombre creyente lo hizo deseoso de este servicio, en esa difícil condición.
Esta interpretación no concuerda con las indicaciones existentes en la aleya ni tampoco con las narraciones que a este respecto existen. En la obra de Exegesis ‘Aîâshî se encuentra registrada una narración del Imâm Bâqir (a.s.) que dice, en una ocasión el Profeta (s.a.w.) se presentó en casa de Fátima Zahra (a.s.) mientras que hacía varios días que no tenía provisiones en casa; de pronto vio comida ante ella y le preguntó: “¿De dónde viene esta comida?” Fátima (a.s.) dijo: “De Dios. En verdad, Dios provee sin medida a quien Él quiere”. El Profeta (s.a.w.) dijo: “Este es similar al acontecimiento que sucedió a Zacarías cuando se presentó junto a la oratoria de María vio comida especial en un lugar y le preguntó: “Oh María ¿De dónde te viene esto?” Ella dijo: “De Dios”.[3]
Claro está, este asunto que el propósito de “rizqâ” sean los alimentos del Paraíso se deduce también de las indicaciones hechas en la aleya; puesto que: Primero: el vocablo “rizqâ” en forma desconocida muestra que fue un sustento especial y desconocido para Zacarías. Segundo: la respuesta de María (s.) que: “Esto es por parte de Dios”, es otra muestra para este asunto. Tercero: la emoción que muestra Zacarías y la solicitud de un hijo por parte de Dios, indicado en la siguiente aleya es considerada otra indicación para este significado.[4]
Por otra parte en la teología islámica en el asunto de la unidad de las prácticas Divinas se ha comprobado que Dios Sublime es el poder absoluto y la creación, el sustento, dar vida, hacer morir, la riqueza, la pobreza, el honor, la abyección, la salud, la enfermedad y otros se encuentran en Su Poder. En ocasiones esta efusión se realiza por medios normales (los medios facultativos y los no facultativos del ser humano), y en ocasiones sin los medios comunes, como la creación de Adán y Eva, y otros. Los milagros realizados por los Profetas también son similares a estos y contrario a lo acostumbrado. Así también el sustento de María (s.) fue contrario a lo acostumbrado y sin medios aparentes”.[5]
Respecto a la segunda parte de su pregunta debemos decir que, en estos momentos la regla aceptada existente en el mundo material se basa en que la materia y la energía, nunca se destruyen sino que se transforman en otra cosa y se muestran en diferentes formas. Por ello, la comida que en forma normal se consume en este mundo, después de que una parte de ésta se transforma en energía y materia dentro del cuerpo, que parte de este residuo es expulsado por el cuerpo y otra parte sale de éste en forma de sudor. Pero no existe una razón para decir que este sistema sea el único medio existente para la transformación de la materia y, por lo menos, desde la perspectiva racional no es imposible que se tome en cuenta otra manera que la materia petrificada sea expulsada o eliminada, o toda la materia utilizada se transforme en energía.
En relación con la otra vida habrá que saber que las aleyas y narraciones indican y enfatizan en la vida eterna del ser humano en el Paraíso y la eternidad de los beneficios así como sus placeres, no significa que las comidas con las que se alimenta la gente del Paraíso sean también eternas, sino que existen razones contrarias a este asunto.
Zaîd Ibn Arqam relató que un hombre del Libro se presentó ante el Profeta (s.a.w.) y preguntó respecto a que si los musulmanes creían que la gente del Paraíso come y bebe. El Profeta dijo: “Si…”. El hombre nuevamente preguntó: “¿Como defecan aquello que ingieren?” El Profeta (s.a.w.) respondió: “Esta materia es expulsada de sus cuerpos como un sudor aromático con un olor similar al del almizcle…”. [6]
Es decir, los beneficios del Paraíso son inmortales, pero es posible su cambio y transformación.
Tomando en cuenta lo mencionado y considerando el poder de Dios, obsequiar comidas como las del Paraíso a personas elegidas en este mundo no provoca ningún problema.
Respecto a la tercera parte de su pregunta con relación del retorno de la gente del Paraíso a este mundo debemos decir que, por lo menos dos significados respecto a Paraíso e Infierno pueden encontrarse en los textos islámicos:
Primero: el Paraíso y el Infierno que se inicia a través de la muerte del ser humano y en el mundo intermedio. En las narraciones leemos que la tumba de cada ser humano será como un Jardín del Paraíso para él o una brecha del Infierno.[7] Considerando los asuntos que hablan de la resurrección de los muertos en el Generoso Corán,[8] es posible el retorno de los seres humanos de un Jardín como ese (el mundo intermedio).
Segundo: el Paraíso y el Infierno al cual irán los seres humanos después del soplo de la trompeta y del cálculo de los actos, según las aleyas del Generoso Corán es imposible salir de ese Paraíso.[9] Y básicamente no existirá el mundo como para que regrese a ese.
Estudiar los siguientes asuntos con relación al Paraíso pueden ser provechosos:
1. La existencia del Paraíso y el Infierno en la actualidad, preg.101 (pag.web preg.1798).
2. La verdad del Paraíso y del Infierno, preg.1945 (pag.web prg.1948).
3. Las bendiciones del Paraíso no tienen tristeza, preg.1823 (pag.web preg.1977).
[1]– Āle ‘Imrān 3:37.
[2]– Maÿlisî Muhammad Baqir, Bihâr Al-Anwâr, t.14, p.195.
[3]– ‘Arûsî Huwaîzî ‘Abd ‘Alî Ibn Ÿum’ah, Nûr Al-Zagalaîn, t.1, p.333.
[4]– Exegesis Nemunah, t.2, p.530; Exegesis Al-Mizân, t.3, pp.273-274.
[5]– Ídem.
[6]– Bihâr Al-Anwâr, t.8, p.149, h.82.
[7]– Ídem, t.6, p.214.
[8]– Āle ‘Imrān 3:49.
[9]– Al-Ĥiŷr 15:48.