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Lo registrado en las fuentes históricas de la Escuela Suní respecto Bilâl el gran sahâbî o compañero cercano del Profeta (s.a.w.) es que él fue puesto en libertad por Abû Bakr, fue un creyente resistente a los martirios de los incrédulos, almuédano del Profeta (s.a.w.), uno de los luchadores por del Islam en las batallas en las que acompañaba al Profeta (s.a.w.). Pero después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.) dejó Medina y se dirigió a Shâm (Damasco) en donde falleció.
Bilal fue hijo de Rabâh y Hamâmah.[1] El fue llevado como preso a la Península Arábiga desde Habashah (Etiopía). El fue esclavo de un hombre llamado Umayyah Ibn Jalaf que fue uno de los jefes del Quraîsh.
Cuando surgió el Islam Bilal fue uno de los pioneros que aceptó el Islam con mucho entusiasmo.[2] Su dueño Umayyah se esforzó fuertemente para terminar con el Islam y hacer desaparecer los indicios del monoteísmo. Bilal fue de los musulmanes indigentes[3] que cuando aceptó el Islam los politeístas quisieron a través de torturas hacerlo desistir del Islam. Dicen que las primeras personas que mostraron ser musulmanes fueron siete, y que Bilal fue uno de ellos. Cada uno de ellos fueron personas respaldadas por personalidades influyentes o ayudados por alguna tribu quedando protegidos de las torturas, o después de ser torturados sus protectores los atendían, excepto Bilal que no contaba con nadie.[4] Umayyah para hacer renunciar a Bilal del Islam lo torturaba en forma muy ruda y Bilal con toda su alma insistía en permanecer en su fe. Relatan que Bilal fue comprado a su dueño por Abu Bakr y puesto en libertad, que esto es aceptado también por la shía, aunque el autor del Qâmûs Al-Riyâl dudó y de la obra “Naqd ‘Uzmânîîah” escrito por “Iskâfî” relata que Bilal fue liberado por el Mensajero de Dios (s.a.w.) pero posiblemente esta relación es desde la perspectiva que su libertad la obtuvo por orden del Profeta (s.a.w.).[5]
Cuando Medina se convirtió en el centro del Islam, Bilal se volvió en el almuecín privado del Profeta (s.a.w.) y en todas las batallas participaba al lado de este generoso (s.a.w.). [6]
Las narraciones históricas relatan numerosas anécdotas de la resistencia e inflexible fe de Bilal en la época del Profeta (s.a.w.). Después del fallecimiento de este honorable Bilal abandonó Medina y se dirigió a Shâm.
La única parte de la vida de Bilal que puede ser asunto para debate entre los shías y sunis, es este que ¿por qué Bilal abandonó Medina?
Los sabios shías sostienen que su causa fue que no quería para otro fuera del Mensajero de Dios (s.a.w.) recitar la llamada a la oración[7] puesto que:
1. Existen narraciones de los Inmaculados Imâmes (a.s.) que dicen: “Bilal fue un siervo piadoso, él dijo que después del Mensajero de Dios (s.a.w.) no recitaría el adhan para nadie, y fue entonces que la frase:
“حی علی خیر العمل” (Venid a la mejor de las acciones) fue suspendido”. [8]
2. Las narraciones históricas de los sunitas afirman también directamente que Bilal no recitó más el adhan para los califas después del Profeta (s.a.w.). Wâqidî dijo: “Después del fallecimiento del Mensajero de Dios (s.a.w.) mientras no habían enterrado el cuerpo sagrado de éste, Bilal recitó el adhan, y cuando decía ‘Atestiguo que Muhammad es mensajero de Al.lah’ la gente en la mezquita lloraba en voz alta. Cuando enterraron el sagrado cuerpo del Mensajero Dios (s.a.w.) Abu Bakr dijo a Bilal: “Recita el adhan.” Bilal respondió: “Si me pusiste en libertad para que estuviese contigo, tú sabes. Y si me pusiste en libertad por Dios, por ese mismo Dios déjame en libertad.” Abu Bakr dijo: “Te puse en libertad sólo por Dios.” Dijo: “Yo después del Mensajero de Dios (s.a.w.) no recito el adhan para nadie”. Abu Bakr dijo: “Estas libre”. Bilal permaneció un tiempo en Median, y cuando el ejército se dirigió a Shâm se fue con ellos y se quedó en ese lugar”.[9] ‘Asqalânî en su obra Al-Isâbah relata que Bilal después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.) se fue a Shâm.[10]
Ante este punto de vista en algunas obras de los suní se transmiten unas narraciones que dicen que cuando el Mensajero de Dios (s.a.w.) falleció Bilal fue ante Abu Bakr y dijo: “¡Oh, califa del Mensajero de Dios! Yo escuché al Profeta (s.a.w.) decir que: “El mejor acto del creyente es la lucha santa en el sendero de Dios”. Abu Bakr dijo: “¿Qué quieres hacer?” Dijo: “Quiero ir a la lucha santa en el sendero de Dios y alcanzar la gracia del martirio”. Abu Bakr dijo: “Por Dios y por ti mismo, ¡juramento por ti que no vayas!, yo estoy viejo y débil y mi muerte está cerca”. Bilal se quedó con Abu Bakr y cuando Abu Bakr murió Bilal se presentó ante ‘Umar y le dijo lo mismo que había dicho a Abu Bark. ‘Umar le respondió en la misma forma que lo había hecho Abu Bakr pero Bilal no aceptó.[11] En otra débil narración también se dijo que cuando ‘Umar fue a Shâm, Bilal que se encontraba en ese lugar recitó el adhan para él.[12]
Claro está la primer narración no se contradice con las narraciones citadas por los shías y no dice directamente que haya recitado el adhan. Y la segunda narración además de la debilidad del documento que la respalda no comprueba que Bilal haya sido oficialmente almuecín de los califas, máximo el que cuando el califa estuvo presente él recitó el adhan.
Entonces en total puede decirse que desde el aspecto de las fuentes históricas los sunitas y shías aceptan que el honorable Bilal no aceptó ser el almuecín de los califas.
Todos los historiadores coinciden en que la fecha del fallecimiento de Bilal fue durante el califato de ‘Umar, aproximadamente entre el año 17 y 20 de la hégira Lunar.[13]
[1]– Al-Isti’âb, t.1, p.179.
[2]– En las anécdotas históricas Bilal fue presentado como el cuarto o quinto musulmán. Bihâr Al-Anwâr, t.18, p.229.
[3]– Ídem, t.17, p.41; Al-Tabaqât Al Kubrâ, t.3, p.175; Insâb Al-Ashrâf, t.1, p.156.
[4]– Recurrir a: Al-Tabaqât Al Kubrâ, t.3, p.175; Insâb Al-Ashrâf, t.1, p.156.
[5]– Subhânî Ÿa’far, Las personalidades islámicas shías, t.1 y 2; Al-Isti’âb, t.1, p.182; Usd Al-Gâbah, t.1, p.243.
[6]– Al-‘Ilâm, t.2, p.73.
[7]– Al-Ijtisâs, p.71.
[8]– Min lâ Iahdaru Al-Faqîh, t.1, p.283 –
رَوَى أَبُو بَصِیرٍ عَنْ أَحَدِهِمَا ع أَنَّهُ قَالَ إِنَّ بِلَالًا کَانَ عَبْداً صَالِحاً فَقَالَ لَا أُؤَذِّنُ لِأَحَدٍ بَعْدَ رَسُولِ اللَّهِ صَلَّى اللَّهُ عَلَیْهِ وَ آلِهِ فَتُرِکَ یَوْمَئِذٍ حَیَّ عَلَى خَیْرِ الْعَمَل.
[9]– Al-Tabaqât Al-Kubrâ (traduc.persa), t.3, p.202, Al-Tabaqât Al-Kubrâ, t.2, p.178; Usd Al-Gâbah, t.1, p.243; Al-Isti’âb, t.1, p.82.
[10]– Insâb Al-Ishrâf, t.1, p.526; Al-Isâbah, t.1, p.456.
[11]– Al-Tabaqât Al-Kubrâ (traduc.persa), t.3, p.202, Al-Tabaqât Al-Kubrâ, t.2, p.178; Usd Al-Gâbah, t.1, p.244.
[12]– Usd Al-Gâbah, t.1, p.244.
[13]– Ídem, p.245; Insâb Al-Ashrâf, t.1, p.526; Dalâ’il Al-Nabuwah, t.1, p.348; Imtâ’ Al-Asmâ’, t.6, p.350.