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El Islam y la fe tienen diversos grados. El primer grado que es el grado del Islam es que cualquier ser humano al declarar las atestiguaciones es decir, diga: “اشهد أن لا اله الا الله" و اشهد أنّ محمداً رسول الله” –“Atestiguo que no existe dios fuera Al.lah y atestiguo que Muhammad es Su Mensajero”, es considerado un musulmán y los mandatos religiosos son realizados sobre él: su cuerpo se vuelve puro y sus hijos también lo son, puede contraer matrimonio con una mujer musulmana y para los musulmanes es correcto que realicen transacciones con él, su vida, su honor y sus bienes son respetados y tienen un valor especial y… Claro está la necesidad de esta declaración necesita de la realización de deberes y obligaciones religiosas tales como la oración, el ayuno, el pago del quinto y del azaque, la peregrinación, creencia en lo oculto, aceptación de la existencia de los ángeles y el día de la Resurrección, el Paraíso y el Infierno, la aceptación de todos los Profetas como mensajeros de Dios, que todos estos son los grados que le siguen. Que el grado que le sigue y es más completo es la fe.
Además de la práctica de estos deberes y obligaciones, el abandono de las prohibiciones provoca un ascenso mayor al grado de la fe. Considerando las órdenes del Corán, las recomendaciones del Profeta (s.a.w.) así como las encomiendas y enfatizaciones de los Inmaculados Imames (a.s.) sin la aceptación de la “tutoría de los doce Inmaculados Imames” ese Islam y la práctica de sus mandatos, no llegará a la perfección reconocida ante Dios, ni será aceptado. Es evidente que un musulmán y un creyente verdadero en su interior no deberá ser politeísta ni hipócrita, puesto que los actos aparentes que realice no le beneficiarán en nada, y se verá atrapado en la Ira y la Cólera de Dios sin que le otorgue perfección ni felicidad.
Por lo tanto toda esta población (1,200 millos) que declararon las atestiguaciones son musulmanes aunque se encuentren en un grado bajo del Islam, y la falta de práctica de los mandatos y órdenes religiosos no provocan su salida de esta religión.
“Islam” en la lingüística significa entrega y obedecimiento, y en la terminología es la religión presentada a través del Profeta Muhammad (s.a.w.) por parte de Dios Sublime, como la última ley religiosas Divina que es una ley religiosa universal, mundial y eterna (inabrogable hasta el día de la Resurrección).
Lo más importante que distingue a esta religión de las demás religiones, es la creencia de la Unicidad de Dios Todopoderoso, del sello de la profecía el gran Profeta (s.a.w.) y el conocimiento puro monoteísta. La creencia en el Islam y la fe en éste tienen grados, los cuales indicamos a continuación.
El primer grado y paso en el Islam, que es considerado como condición para entrar al Islam es confesar estos dos fundamentos “monoteísmo y profecía”. La purificada frase de "لا اله الا الله" –“No existe dios fuera de Al.lah”, es la base de los fundamentos y la esencia de la religión del Islam, así como el contenedor de todas las perspectivas de la unicidad. Mientras que la confesión de la misión de gran Profeta (s.a.w.) es confesar su sello de profecía y que su religión es la última de las religiones, y la negación de la abrogación de los demás senderos, métodos y religiones. El siguiente grado y superior a la fe se inicia con la aceptación sin pretexto de todas las enseñanzas y órdenes así como las prohibiciones de este Mensajero Divino, incrementando su grado.
Por ello alguien que atestigüe estos dos asuntos, se ha separado de las demás ideologías, escuelas, religiones, y ha entrado al grupo de los musulmanes, mientras que los mandatos religiosos que debe realizar un musulmán se vuelven obligatorios para él, tales como el permiso para matrimoniarse con él, el permiso para negociar con él, la purificación de su cuerpo y del cuerpo de sus hijos.[1] Su vida y sus bienes también se vuelven respetables por todos, mientras que el juez islámico y la sociedad islámica asumen el derecho de defenderlo. Este es el grado más bajo de la fe, y a las personas que se encuentran en este grado de fe no se les puede atribuir que sean politeístas o incrédulos. Por lo tanto las sectas tales como los jariyíes que al musulmán corrupto y que hubiese realizado un pecado capital lo consideraban incrédulo y consideraban permitido matarlo; mientras que los mu’tazili a ese mismo grupo de musulmanes corruptos y que haya realizado un pecado capital no lo considera ni creyente ni incrédulo; o los wahabitas que a la postración sobe la arcilla, besar los mausoleos de los Inmaculados Imames (a.s.) y las bendiciones de la tierra de sus tumbas lo consideran ejemplos de asociación, y a los demás musulmanes que no piensan como ellos los presentan como politeístas. Todos estos tres grupos se encuentran en el extravío.
Desde el punto de vista de lo shi’ítas duodecimanos (Ÿa’farî) considerando las aleyas y narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.), la condición de fe es la aceptación de todas las doce personas como líderes, tutores y sucesores después del Profeta de Dios (s.a.w.), mientras que la aceptación de los actos se encuentra ante Dios; puesto que la necesidad de la atestiguación del Profeta (s.a.w.) y del Libro Corán como revelación no inalterada, es la práctica completa y exacta de las recomendaciones del Corán y del gran Profeta (s.a.w.). Una de las recomendaciones del Corán y del Profeta (s.a.w.) es arraigarse a los Inmaculados Imames (a.s.) y obedecerlos. Mientras que actuar en contra de los Imames (a.s.) en realidad es desobedecer las órdenes de Dios y a las órdenes del Profeta (s.a.w.). Tal y como dice en el Corán que los grados de la fe se encuentran después de aceptar el Islam. El primer grado de la fe se encuentra superior al grado de la aceptación del Islam. La fe también tiene diversos grados. El Generoso Corán explica al límite determinado de la fe lo de la siguiente manera: “Piedad es tener fe hacia (1) Dios, (2) hacia el día de la Resurrección, (3) los ángeles, (4) el Libro y (5) los Profetas”.[2] Y la incredulidad, la hipocresía y el politeísmo evidente provocan caer en el Infierno eternamente así como salir del Islam y de la fe.[3] Por lo tanto un musulmán cuenta con lo mínimo de fe cuando:
a) Acepte el monoteísmo desde todas sus perspectivas.
b) Crea en la misión del Profeta (s.a.w.) y que él es el sello de la Profecía.
d) Acepte todas las órdenes y prohibiciones del Profeta (s.a.w.) como por ejemplo la tutoría.
e) Acepte la creencia de la vida después de la muerte, así como los detalles de las descripciones que el Corán, el Profeta (s.a.w.) y el Walî (a.s.) realizaron.
Pero ya que la fe verdadera va acompañada de la práctica de los mandatos legales, la muestra de la fe y del Islam sin práctica de lo ordenado por Dios y por el Profeta (s.a.w.) –aunque es necesario que realice los mandatos religiosos aparentes del Islam– no será beneficioso para su guía ni para llegar a la felicidad verdadera. Por ello el Generoso Corán dice que alcanzar la vida pura depende de la fe junto de los actos rectos.[4]
Aquel que elige sólo uno de estos dos senderos, es decir pretende tener fe y no practica, o realiza actos virtuosos pero no tiene fe, se asemeja a un ave que tiene sólo una ala y nunca podrá volar ni elevarse ni llegar a lo más encumbrado de la felicidad y de la perfección, a menos que cambie su método y realice su fe simultáneo con los actos rectos, y sus actos virtuosos con mostrar el Islam y la aceptación de los conocimientos elevados de éste, para que a través de este sendero se acerque a Dios y llegue al Paraíso. Así mientras eleve más el grado del conocimiento humano en cuanto al Islam, la fe y los mandatos de Dios y del Profeta (s.a.w.), y su práctica incremente respecto a los mandatos religiosos y se vuelva más pura, su grado de fe también se elevará.
Aquí consideramos necesario indicar algunos puntos: (1) Existe una relación recíproca entre la fe y los actos virtuosos. Mientras la fe sea más fuerte incrementa la cantidad y calidad de los actos virtuosos, y así también evita las desobediencias y los pecados. Mientras se ponga más atención a los actos virtuosos y se eviten los pecados capitales, la fe también penetra más en el alma, al grado en que el ser humano llega a alcanzar el último grado de felicidad, manifestándose eminente en la cumbre de la humanidad. Pero al contrario, los pecados y la insistencia en estos provoca que gradualmente desaparezca la fe del alma y la realización del pecado es muestra de la debilidad de la fe.
2. La atestiguación en los demás Profetas y en los Libros auténticos de estos, no demanda la práctica de su religión. Puesto que la religión de algunos de ellos sólo fue especial de su tribu, y la religión de algunos otros fue anulada con la llegada de la siguiente religión y el siguiente Libro. Es decir llegó la fecha de terminación de ellas. Entonces la atestiguación en ellos significa aceptarlos como Profetas de Dios y el respeto hacia sus rangos y esfuerzos, no la práctica de su religión.
3. Los actos de adoración más importantes que separa a un musulmán de los no-musulmanes son famosos como “ramas de la religión”, y el aprendizaje y la práctica de todas estas, es necesaria para aquellos que deben asumir estas obligaciones.
Por otra parte la falta de realización de éstas sin negar su necesidad, también provoca la caída del ser humano de los grado del Paraíso, y si esto continúa hasta el fin de su vida y si no se compensa, provocará el castigo eterno.
4. La fe debe ser absoluta puesto que fundamentalmente la fe no es discriminación. Si alguien verdaderamente es musulmán y creyente, no puede decir: “Yo sólo acepto parte de las enseñanzas de la religión y sólo realizo parte de los mandatos obligatorios”. Puesto que desde el punto de vista del Corán un comportamiento así es una conducta según los deseos y según le plazca, y es considerado incredulidad; no fe en Dios ni día de la Resurrección ni tampoco profecía de los Profetas.[5]
5. La fe y los actos virtuosos tienen grados, consistencia y debilidad. Todos los creyentes que realizan actos virtuosos no se encuentran en un mismo grado. Y el grado de todos ante Dios y en el Paraíso no es igual. Entonces deberán profundizar en la fe e incrementar la cantidad y calidad de los actos virtuosos obteniendo conocimientos verdaderos, deberán esforzarse con más atención y para llegar a alcanzar grados más elevados.[6]
6. Negar cualquiera de los fundamentos de las creencias del Islam, así como negar la obligación de cada uno de los deberes que la obligatoriedad de estos sea necesaria, y así también negar cada una de los actos prohibidos que su prohibición sea necesaria es como haber negado las necesidades de la religión, y con condiciones especiales provoca la salida del Islam mientras que quien las realice es considerado un apóstata.
Conclusión: Entre el Islam y la fe existe una diferencia y al igual que lo debatimos, tal y como el Islam tiene grados y niveles, la fe también los tiene. Toda esta población (1,200 millos) musulmana que declararon las atestiguaciones son musulmanes y los mandatos islámicos se realizan sobre ellos aunque se encuentren en un grado bajo del Islam, y la falta de la práctica de los mandatos y órdenes religiosos no provocan su salida del Islam
Para mayor información recurra a los Índices:
1. “Familiarización con los verdaderos creyentes”, preg.no. 16794 (es16594).
2. “Contradicción de la conducta de los musulmanes con las creencias religiosas”, preg.no.798.
3. “El Corán y el significado de Islam y de musulmanes”, preg.no. 13692 (es13535).
Fuentes:
“Al-Milal wa Al-Nihal”, Ÿa’far Subhânî, t.2, p.53.
“Al-Milal wa Al-Nihal”, ‘Abdul Karim Shahristani, t.1 y 2, p.46.
“Enseñanza de teología Islámica”, Muhammad Sa’îde Mihr, t.1, p.161-163 y t.2, p.135.
“Kashf Al-Murad”, Jâÿi Nasîr Al-Din Tusî, p.454.
“Enseñanzas de las creencias”, Muhammad Taqî Misbâh Yazdî, t.3, pp.126-163, lecciones 54 a 58.
“La Moral en el Corán”, Muhammad Taqî Misbâh Yazdî, t.1, pp.122-145.
[1]– Claro está respecto a la purificación del cuerpo de alguien que no sea musulmán (sea o no seguidor de uno de los Libros Celestiales), los sabios islámicos mantienen diversas opiniones que para más información puede recurrir a los Libros de las prácticas de ellos.
[2]– Al-Baqara [2:177 y 285]; An-Nisā’ [4:136].
[3]– An-Nisā’ [4:140 y 145].
[4]– An-Naĥl [16:97]; Al-Baqara [2:103]; An-Nisā’ [4:57 y 122.].
[5]– Al-Baqara [2:85]; An-Nisā’ [4:150-151].
[6]– Extraído de la pregunta: “Las primordiales creencias del musulmán”, preg.no.888.