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Aunque la narración anterior fue mencionada repetidas veces en las obras de hadîz, pero a pesar de ello no es considerado uno de los hadices correctos o fiables. En el Islam entre la mujer y el hombre no existe ninguna diferencia desde el aspecto de acercamiento a Dios y esencia humana. Si entre la mujer y el hombre existe diferencia desde el aspecto racional, es respecto a su razón instrumental, es decir la razón a través de la cual el ser humano obtiene las ciencias teológicas y universitarias para poder continuar viviendo. Por ello no dicen el especialista y el más sabio se encuentra más cerca de Dios, pero dicen, el más piadoso está más cerca de Dios. Por otra parte la mujer puede manifestar la facultad intelectual y el pensamiento humano de sí misma en la delicadeza del afecto, en la belleza de la palabra y la conducta. Al igual que el hombre está obligado y puede manifestar sus virtudes en el pensamiento humano y en el pensamiento racional de sí mismo. Otro punto que puede deducirse de la narración es que, la razón instrumental de la mujer se encuentra bajo la influencia de su belleza, esto es bajo el significado que si una mujer es una empleada, antes de ello es una esposa compasiva, una madre amable y un ama de casa virtuosa. Y el hombre con belleza es aquél que está adornado con la ciencia y a través del uso de una administración razonable, se vuelva un elemento útil para su familia y para la sociedad sociedad.
El honorable hadîz «عقول النساء فی جمالهن و جمال الرجال فی عقولهم» “el intelecto de las mujeres se encuentra en su belleza y la belleza de los hombres se encuentra en su intelecto”, se ha mencionado en muchas obras de hadîz,[1] como ejemplo pueden indicarse las siguientes obras: Ma’ânî Al-Ajbâr y Âmâli del Sheij Saduq, Bihâr Al-Anwâr del gran sabio Maÿlisi, Mushkât Al-Anwâr fi Gurar Al-Ajbâr del Sheij Tabarsî. Así también el difunto Sheij Hurr ‘Âmilî en la obra Al-Fawâ’id Al-Tusîîah explicó la narración que estamos tratando mencionando sus diversas formas. Pero a pesar de esto este hadîz, considerando que en la cadena de transmisión que lo respalda existen personas no fiables, ha sido clasificado como uno de los hadices no fiables.
Para responder la segunda parte de la pregunta es necesario mencionar algunos puntos:
El significado aparente de esta narración a primera vista es que las mujeres tienen una belleza visible, y el intelecto en las mujeres, es la belleza y elegancia de ellas. Pero en los hombres su intelecto es su belleza. Explicado de otra manera, aparentemente a las mujeres se les ha acentuado que busquen la belleza y a los hombres el intelecto, ya que la belleza en los hombres es que tengan razón. Pero parece ser que este hadîz tiene un significado más profundo, más allá del significado aparente de éste. Es digno de poner atención que para entender exactamente el significado de un hadîz deberán ser colocadas otras aleyas y narraciones para poder extraer el significado exacto de ese hadiz. De lo contrario no puede traducirse e interpretarse un hadîz sólo y sin considerar sus propósitos y fundamentos, puesto que la explicación luminosa de los Inmaculados Imames (a.s.) son para guiar y dirigir a la humanidad, esto no cabe dentro del molde del tiempo ni del lugar, y principalmente el contenido interno de éste indica las reglas formativas del ser humano concordantes con la vida de éste en cada época, abarcando todos los campos políticos, sociales, económicos, culturales... Por ello afirmamos que la religión del Islam es un sistema perfecto que todas sus partes se encuentran en una completa interrelación. Uno de los asuntos importantes que se subrayan fuertemente en el Islam es la igualdad de la mujer y el hombre en la creación, así también en el acercamiento a Dios. Desde este punto de vista en el Islam no existe ninguna diferencia entre la mujer y el hombre. “El alma humana a través de la alimentación espiritual que obtiene al cumplir con las obligaciones religiosas puede acercarse a Dios y llegar a ser el símbolo de los Nombre Bellos y de los Atributos de Él. Este poder y capacidad fueron puestos a disposición tanto para el hombre como para la mujer, y los dos pueden llegar a alcanzar un grado existencial así. Merece reflexionarse en que el sendero para llegar a alcanzar este rango es también el mismo, es decir la fe y las buenas acciones”.[2] Por lo tanto en la creación del ser humano no existe ninguna diferencia entre la mujer y el hombre desde su valor y crédito, ni tampoco en el acercamiento a Dios Sublime.
1. Considerando que en el texto del hadîz fue mencionado el vocablo “عقل” (razón, intelecto) es conveniente que analicemos este vocablo. Algunos de los filósofos dividen a la “razón” en dos: “razón teórica y razón práctica”. Con una de ellas entiende y con la otra actúa (con la razón teórica entiende y con la razón práctica realiza el acto). La certeza, la decisión, la suposición y sospecha, la imaginación, la ilusión y parecido a estos son de las partes y ramas de la razón teórica. Pero la intención y resolución, la sinceridad, la voluntad, el amor, la amistad (con el Profeta y su familia), la enemistad (con los enemigos del Profeta y su familia), la abstinencia, la justicia y parecidos a estos son parte de la razón práctica que esta misma razón práctica también es el criterio de la virtud en el ser humano.[3] Es muy claro que la razón que acerca al ser humano a Dios y lo hace superior a los demás es la razón práctica, no la razón que llena la mente de archivos y enseñanzas. Aquello que ante Dios tiene valor y es el criterio de la virtud y superioridad es el acto que vaya acompañado de sinceridad. Ahora si existe diferencia entre la mujer y el hombre desde la perspectiva intelectual, es respecto a la razón instrumental, es decir la razón a través de la cual el ser humano obtiene las ciencias teológicas y universitarias para poder continuar viviendo. Por ello no dicen el especialista y el más sabio se encuentra más cerca de Dios, pero dicen, el más piadoso está más cerca de Dios.[4]
Por lo tanto si alguien quiere arbitrar entre la mujer y el hombre, no deberá colocar a la razón bajo el significado coloquial como criterio (es decir a la razón teórica), sino que deberá considerar como norma a la razón práctica que es el medio de acercamiento del ser humano y criterio de virtud, y en este caso es que la belleza del hombre y la mujer, los dos, se encuentra en la razón que «عبد به الرحمان و اکتسب به الجنان» “Adorar al Clemente y a través de esto adquirir el Paraíso” y en este caso tanto “la belleza de los hombres se encuentra en su intelecto” y también “la belleza de las mujeres se encuentra en su intelecto”.[5]
2. En las aleyas y narraciones fue repetidas veces mencionada esta verdad que la belleza del alma del ser humano se encuentra en su fe, al igual que Dios Sublime dijo: “…Dios os ha hecho amar la fe y la ha adornado en vuestros corazones…”.[6] De esta aleya se entiende que “Dios hizo que los corazones amaran a la fe e hizo que ésta fuese adorno de las almas humanas, y puesto que el alma humana es inmaterial y no material, y la fe es también un asunto espiritual y no material, este asunto abstracto es decir la fe, provoca belleza y elegancia en ese asunto abstracto, es decir se volvió el alma del ser humano y ya que la característica de masculino o femenino no influye en la realidad del ser humano (que es esa misma alma suya), en la fe y parecido a estos, la verdad del ser humano, la fe y parecidos a estos no son masculino ni femenino, sino que es un asunto espiritual que es igual en la mujer y el hombre”. Entonces no puede considerarse femenina o masculina a la verdad de la fe a través de la cual cada ser humano encuentra superioridad ante Dios. “Por lo tanto la honorable narración alawita que dice: “El intelecto…” puede entenderse un significado de orden no un significado descriptivo, es decir el significado de esta honorable narración no es que sea respecto a los atributos de los dos géneros humanos, que el intelecto de la mujer se resuma en su belleza y tenga una perspectiva de reproche, y la belleza del hombre fue colocada en su intelecto y obtenga el título de elogio, sino que es posible que el significado de esto sea una orden, o atributo formativo, no un atributo de defecto y reproche. Es decir la mujer puede manifestar la facultad intelectual y el pensamiento humano de sí misma en la delicadeza del afecto, en la belleza de la palabra y la conducta, en la calidad de dialogar, en la forma de enfrentar y parecidos a estos. Al igual que el hombre está obligado y puede manifestar sus virtudes en el pensamiento humano y en el pensamiento racional de sí mismo.[7]
La mujer presenta su intelecto en una conducta virtuosa y bella, llena de amor, de clemencia, veracidad y pureza, y este asunto será una garantía valiosa para las virtudes sociales que la mujer desde dentro pudo construir a la familia con la razón que se encuentra dentro de su belleza y conducta.
La mujer educada e informada de las enseñanzas del martirio, del sacrificio y ofrecimiento en el papel de una madre amable tiene el poder para estimular a su hijo a participar en la guerra santa, y a la hora de despedirlo muestra su intelecto delicado en forma de una virtud delicada. O cuando recibe a su hijo infatigable que victorioso regresó del campo de batalla, muestra el pensamiento dignificado de su razón en una bella forma de entusiasmo y espera. Al igual que los hombres virtuosos tienen un poder similar para mostrar las virtudes delicadas en forma de razón agradable. En conclusión la mujer deberá manifestar las cosas aceptables de la sabiduría en la delicadeza de las virtudes, y el hombre deberá mostrar las delicadezas de las virtudes en los actos aceptables por la sabiduría. Es decir la gloria de la mujer se encuentra dentro de su belleza, y la belleza del hombre se muestra en su gloria, y esta distribución no es un reproche para la mujer ni tampoco un elogio para el hombre, sino que es guía e instrucción para cada uno de ellos, para que cada uno se vuelva responsable de sus propios actos, que en caso de obedecer la orden especial de sí mismo, merece ser elogiado y en caso de que la desobedezca merece ser reprochado. Entonces la diferencia entre la mujer y el hombre se muestra en la forma de mostrar los pensamientos correctos, de lo contrario la mujer al igual que el hombre tiene el valor de adquirir las ciencias y los conocimientos, y merece ser admirada y alabada.[8]
3. Otro asunto que puede deducirse de la honorable narración y está relacionado con lo antes mencionado, es la enfatización en la diferencia de la estructura espiritual de la mujer y el hombre, que en forma delicada y bella fue mencionado en la narración, ya que la falta de información respecto a este asunto ha provocado que algunos coloquen a la mujer en un grado inferior.
El Maestro Mutaharî dijo: “Uno de los asuntos que me asombra es que algunos insisten en centran la diferencia entre la mujer y el hombre en las capacidades corporales y espirituales considerando a la mujer incompleta y al hombre más completo, y pretenden que la ley de la creación, según un beneficio, creó a la mujer incompleta”.[9]
Pero en realidad el Islam indica verdades que la falta de atención del mundo de ayer y de hoy en esto, ha provoca que los derechos de la mujer sean pisoteados. El mundo de ayer oprimiendo tiranizando a la mujer, y colocándola al nivel de los cuadrúpedos la consideraba parte de los bienes por heredar careciendo ella de cualquier derecho. Este asunto aún existe en algunas partes del mundo entre las sociedades retrasadas. La situación de la mujer en el mundo avanzado y moderno tampoco se encuentra mejor que la situación que la mujer tenía en el pasado. En el mundo de hoy día bajo el pretexto de la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre llevaron a la mujer al campo de trabajo y a la sociedad, y colocaron su belleza y elegancia en el bazar en una subasta de esclavos.
La mujer de hoy día exhibe su elegancia y belleza en la sociedad que sólo la ve como una mercancía sexual y no como una madre que se esfuerza amorosamente para educar a su hijo y con amor le murmura en el oído las enseñanzas del amor. Las mujeres ya no son las que forman la familia, y la familia como base firme de la sociedad, sino que aquello que sobresale es la sensualidad y la exageración más de lo común en la satisfacción de los deseos, que claro está en este campo la primera víctima es la mujer siguiéndole la familia.
El propósito de la honorable narración que dice que el intelecto de la mujer se encuentra en su belleza y elegancia, es que la atención que la mujer presta a la belleza y elegancia puede ser efectiva en la creación de la familia y para atraer al hombre a un núcleo de amor, cariño y afecto. Esta belleza del intelecto y demás poderes de la mujer hacen efecto en el hombre. Por lo tanto no hay que colocar a la belleza de la mujer en el campo de batalla de la sociedad
La elegancia y belleza de la mujer bajo los rayos de las relaciones humanas puede ser el núcleo cálido para la familia, en el que cada uno de sus componentes satisfaciéndose del cariño materno, que es el elemento principal de la calidez de la familia afectuosa, jugará un papel permanente en el molde de un sabio religioso, de un erudito, de un soldado devoto, de un gran místico, de un trabajador honrado, de un médico experto, de un escritor creativo, de un artista poderoso o un industrial eficaz, y esta es una verdad innegable que detrás de cada hombre exitoso existe una mujer exitosa en la que se apoya.
Por lo tanto la mujer no deberá olvidar las virtudes y obligaciones principales de sí misma, y entrar en campos de trabajo en los cuales incluso no es necesario que participe y en caso de que entró en ellos deberá saber que su virtud y creatividad en realidad es crear amistad y clemencia, y la tranquilidad de la familia depende de su creación. Entonces lo que puede deducirse de esta narración es que la razón instrumental de la mujer se encuentra bajo el efecto de su belleza. Esto significa que si una mujer tiene un empleo tal y como ser director de una gran compañía, un cirujano experto, un orador eficaz o un maestro inteligente y otros, antes de ello es una esposa compasiva, una madre amable y un ama de casa virtuosa.
Pero el hombre es una creación que soporta todas las dificultades sea en las turbulencias de la vida o de la sociedad. La belleza del hombre se encuentra en el esfuerzo para obtener el sustento y su racionalidad se muestra en la forma de administrar la vida. Un hombre bello es aquel que está adornado con la ciencia, y con el uso de una administración razonable, sea un elemento útil para su familia y para la sociedad, y mientras su razón y administración incremente su belleza será más luminosa.
Índices relacionados:
“Intelecto y fe de las mujeres en las palabras del Imam ‘Alî (a.s.)”, preg.no.4897 (pág.web 5464).
“El intelecto y la expansión de su actividad”, preg.no.227 (pág.web 1866).
“Filosofía especulativa y filosofía práctica” preg.no.507 (pág.web 548).
[1]– En la obra de Ma’ânî Al-Ajbâr se ha presentado una serie de documentos fiables que respaldan esta narración, de la siguiente manera:
«حَدَّثَنَا مُحَمَّدُ بْنُ عُمَرَ بْنِ مُحَمَّدِ بْنِ سَالِمِ بْنِ الْبَرَاءِ الْجِعَابِيُّ الْحَافِظُ الْبَغْدَادِيُّ قَالَ حَدَّثَنِي أَحْمَدُ بْنُ عُبَيْدِ اللَّهِ الثَّقَفِيُّ أَبُو الْعَبَّاسِ قَالَ حَدَّثَنَا عِيسَى بْنُ مُحَمَّدٍ الْكَاتِبُ قَالَ حَدَّثَنِي الْمَدَائِنِيُّ عَنْ غِيَاثِ بْنِ إِبْرَاهِيمَ عَنْ جَعْفَرِ بْنِ مُحَمَّدٍ عَنْ أَبِيهِ عَنْ جَدِّهِ ع قَالَ قَالَ عَلِيُّ بْنُ أَبِي طَالِبٍ ص عُقُولُ النِّسَاءِ فِي جَمَالِهِنَّ وَ جَمَالُ الرِّجَالِ فِي عُقُولِهِمْ«.
[2]– Ÿamshîdî Asadul.lah, Búsqueda en la ontología de la mujer, p.52.
[3]– Ÿawâdî Âmulî ‘Abdul.lah, La mujer en el reflejo de la belleza y la gloria, p.255.
[4]– Ídem.
[5]– Ídem, p.258.
[6]– Al-Ĥuŷurāt [49:7] –«حَبَّبَ إِلَيْكُمُ الْإِيمانَ وَ زَيَّنَهُ فِي قُلُوبِكُمْ وَ كَرَّهَ إِلَيْكُم».
[7]– La mujer en el reflejo de la belleza y la gloria, p.33-35.
[8]– Ídem, pp.35-36.
[9]– Mutaharî Murtidâ, El sistema de los derechos de la mujer en el Islam, p.200.