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“La coexistencia pacífica religiosa” es un pensamiento original islámico y numerosas aleyas del Generoso Corán la recomendaron directamente en diversas formas. Desde el punto de vista del Generoso Corán las guerras religiosas no tienen significado, ni tampoco los enfrentamientos resultado de las diferencias de creencias tal y como podemos verlo en algunas otras religiones –las cruzadas de los cristianos. Los rencores y enemistades hacia los seguidores de otras religiones es prohibido, y programar métodos insultantes respecto a otros es un método fuera de la religión.
El Generoso Corán para proveer una coexistencia pacífica recomendó diversos métodos que los más importantes entre ellos corresponden a:
1. Libertad de creencia y pensamiento.
2. Respeto de los fundamentos que se tienen en común.
3. Denegación del racismo.
4. Dialogar pacíficamente.
5. Acoger las proposiciones de paz.
6. Aceptar los derechos de la minoría religiosa.
7. Reconocer oficialmente a los Profetas y a los Libros Celestiales.
8. La paz internacional.
9. Luchar en contra de las imaginaciones de sentir superioridad de las demás religiones.
10. Cooperar en los asuntos internacionales.
“La coexistencia pacífica religiosa” es un pensamiento original islámico y numerosas aleyas del Generoso Corán la recomendaron directamente en diversas formas, mientras que catorce siglos atrás el significado de “coexistencia religiosa” no era conocida en forma completa por la humanidad.
Desde el punto de vista del Generoso Corán las guerras religiosas no tienen significado, ni tampoco los enfrentamientos resultado de las diferencias de creencias tal y como podemos verlo en algunas otras religiones –las cruzadas de los cristianos. Los rencores y enemistades en cuanto a los seguidores de otras religiones es prohibido, y programar métodos insultantes respecto a otros es un método fuera de la religión.
El Generoso Corán recuerda a un grupo de cristianos y judíos que han tomado el sendero de la burla y la censura entre sí, y despreciando, insultando y pisoteando los derechos humanos mutuos constantemente atizan las llamas de las guerras y diferencias de opiniones:
“Los judíos dicen: «Los cristianos no están en la Verdad.» Y los cristianos dicen: «Los judíos no están en la Verdad» y eso, a pesar de que todos ellos leen la misma Escritura [Sagrada]. Hablan igual que quienes nada saben. El Día del Levantamiento Dios juzgará entre ellos sobre aquello en lo que no se ponen de acuerdo”.[1]
El Generoso Corán para proveer una coexistencia pacífica recomendó diversos métodos que los más principales entre ellos corresponden a:
1. Libertad de creencia y pensamiento
En algunas de las aleyas del Generoso Corán se ha enfatizado en el fundamento de la “libertad de creencia”, es decir básicamente la naturaleza de las creencias espirituales y de los asuntos relacionados con la consciencia es en tal forma que en ellos no existe el disgusto ni la obligación:
“No se puede forzar a nadie a aceptar la religión. El buen camino ha quedado claramente diferenciado del extravío”.[2]
“Y si tu Señor hubiera querido, todos los que habitan la Tierra (involuntariamente) habrían tenido fe. ¿Acaso quisieras obligar a las personas a que fueran creyentes?”.[3]
El Profeta (s.a.w.) es el comisionado para anunciar los mandatos Divinos, ya sea que los opositores tengan fe o no: “Y di: «La Verdad procede de vuestro Señor, por tanto, quien quiera que crea y quien quiera que no crea.»”.[4] “Si Dios quisiera no adorarían a otros dioses, pero no te pusimos como responsable de sus actos, ni eres su abogado defensor”.[5]
La fe en Dios y en los fundamentos del Islam nunca pueden ser un asunto impuesto, sino que el único medio de su influencia en el pensamiento y el alma, es la lógica y la deducción. Lo importante es que las verdades y los mandatos Divinos sean mencionadas para que la gente lo entienda, y a través de su deseo y voluntad lo acepte.
Entonces después es la libertad “libertad de pensamiento”. El Generoso Corán en numerosas aleyas invita al ser humano a razonar, reflexionar y pensar en el mundo de la existencia, y le pide que con su poder de la razón, conozca sus beneficios y pérdidas, y en el sendero de la perfección y libertad abandone cualquier aprisionamiento, maldad y descarrío.
“Pronto les mostraremos Nuestras señales en el horizonte y en ellos mismos, hasta que sea evidente para ellos que Él es la Verdad. ¿No es suficiente que tu Señor sea testificable en todas las cosas?”[6]
“Y en la Tierra hay señales para quienes tienen certeza, * y en vosotros mismos. ¿Cómo es que no las veis?”.[7]
2. Respeto de los los fundamentos que se tienen en común
El Islam es una religión que desde el momento en que surgió con el lema de coexistencia pacífica presentó a la gente del mundo su invitación pacífica, y esta religión a la “gente de la Escritura” dice lo siguiente:
“Di: «¡Oh gente de la Escritura [Sagrada]! Venid a una palabra igual para vosotros y nosotros: Que no adoraremos más que a Dios y que no asociaremos nada a Él y que no nos tomaremos unos a otros como señores junto a Dios.» Y si dan la espalda, decidles entonces: «Sed testigos de que nosotros somos musulmanes»”.[8]
Esta aleya es una las aleyas importantes que invita a la gente de la Escritura hacia la unión. El razonamiento de esta honorable aleya es diferente al razonamiento de las aleyas anteriores. Las aleyas anteriores en forma directa invitan al Islam, pero esta aleya centra su atención en puntos en común entre el “Islam” y “la gente de la Escritura”.
El Corán enseña a los musulmanes que si algunos no estaban preparados para cooperar en todos los propósitos sagrados con usted, no se desalienten, esfuércense y atraigan su atención por lo menos en la parte que tienen propósitos en común con ustedes, y considérenlo como las bases para hacer progresar sus propósitos sagrados.[9]
3. Denegación del racismo
El Generoso Corán condenó cualquier pensamiento racista, y a todos los seres humanos los considera hijos de un mismo padre y madre, forzosamente sin superioridad racial, tribual ni religiosa.
“¡Oh, gentes! En verdad, os hemos creado de un macho y una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus para que os conozcáis. En verdad, el más noble de vosotros ante Dios es quien posee mayor temor de Dios. En verdad, Dios todo lo conoce, está bien informado”.[10]
Uno de los fundamentos importantes para la coexistencia pacífica es la igualdad entre los seres humanos, puesto que el racismo, el sentimiento de superioridad y el desprecio de las naciones y de las demás religiones, ha provocado innumerables dificultades para la sociedad humana. La primera y segunda guerra mundial son ejemplos claros de estas dificultades.
La diferencia en el color y en la nacionalidad, no provoca la superioridad de uno sobre otro. Desde el punto de vista del Corán las diferencias en la lengua y en el color, son de los signos Divinos y medio para que las personas se distingan unas de entre otras. Si todos los seres humanos tuviesen una misma forma, un mismo color y una misma complexión, la vida se enfrentaría con problemas y anarquía.
Desde el punto de vista del Generoso Corán los seres humanos en cuanto a sí mismos no tienen ninguna superioridad fuera de la abstinencia y continencia, y toda la gente compone “la familia humana” y la “comunidad única”:
“Al inicio la Humanidad constituía una sola comunidad y después Dios designó a los profetas como portadores de buenas nuevas y advertidores [del castigo] e hizo descender con ellos la Escritura [Sagrada] con la Verdad para que juzgasen entre los hombres en aquello en lo que no se ponían de acuerdo…”.[11]
Muchas de las aleyas del Generoso Corán se dirigen hacia toda la humanidad, tal y como:
«یا بنی آدم» –“¡Oh, Hijos de Adán!”[12] y «یا ایها الانسان» –“¡Oh, humano!”[13] Estas llamadas y explicaciones indican que la humanidad tiene un significado en común entre todos los habitantes de la Tierra. Los individuos de diversas regiones, y desde la perspectiva de humanidad no tienen ninguna diferencia entre sí. Los seres humanos durante la historia fueron diferentes desde la perspectiva de lengua, color, raza y otros, pero desde la perspectiva del Islam todos son hijos de un mismo padre y madre (Adán y Eva), y estas diferencias no dañan a la humanidad del ser humano.[14]
4. Dialogar pacíficamente
El Generoso Corán ordena estrictamente a los musulmanes que hablen con la gente de la Escritura en forma de “debate libre” y “diálogo pacífico”, y sus relaciones las basen en los “fundamentos que tienen en común”.
“Y no discutáis con la gente de la Escritura sino de la mejor manera -excepto con aquellos que son opresores- y dicen: «Creemos en lo que fue hecho descender a nosotros y en lo que fue hecho descender a vosotros y nuestro dios y el vuestro es uno y nosotros estamos sometidos a Él»”.[15]
En las aleyas anteriores se habla respecto al método de hablar con los “idólatras” porfiados y negligentes, y habló con ellos tal y como lo demandaba su postura, pero en esta aleya habla de debatir y dialogar en forma más leve con la “gente de la Escritura”, puesto que ellos por lo menos habían escuchado parte de los mandatos de los Profetas y de los Libros Celestiales, y tenían más preparación para escuchar las aleyas Divinas.
El Generoso Corán ordena a los musulmanes que eviten insultar a los incrédulos y a los idólatras, puesto que ellos también actuarán utilizando el mismo método:
“Y no insultes (vosotros creyentes) a quienes ellos invocan en lugar de Dios, para que ellos no insulten a Dios, reaccionando con hostilidad y sin conocimiento. De esta misma manera hemos embellecido a cada comunidad su proceder. Luego regresarán hacia su Señor y Él les informará de lo que en realidad hacían (y les dan recompensa o castigo)”.[16]
De ahí que mencionar los mandatos del Islam va acompañado de lógica, con deducción y métodos pacíficos, a algunos de los creyentes que por un gran disgusto hacia “el asunto de la idolatría” insultaban a los ídolos de los idólatras, recomienda estrictamente que eviten insultar. El Islam considera necesario respetar los fundamentos de las normas éticas, de la continencia y cortesía en el habla, incluso ante la gente más supersticiosa y la peor de las religiones, puesto que cada grupo y nación siente obcecación hacia sus creencias y prácticas. Insultar y enfrentarlos rudamente provoca que ellos se vuelvan más firmes en sus creencias.
5. Acoger las proposiciones de paz.
“…vengan a vosotros con el pecho oprimido por tener que combatir contra vosotros o contra su propio pueblo. Si Dios hubiera querido les habría dado poder contra vosotros y os habrían combatido”.[17]
Entre la tribus árabes existieron dos tribus de nombre “Banî Damrah” y “Ashÿa’”, la tribu de Banî Damrah pactó con los musulmanes terminar con los conflictos, y la tribu de Ashÿa’ también habían pactado con los Banî Damrah. Después de un tiempo los musulmanes se enteraron que la tribu de “Ashÿa’ que estaba compuesta por 700 personas comandadas por Mas’ûd Ibn Raÿilah se había acercado a las afueras de Medina. El Profeta (s.a.w.) envió a un grupo como representante ante ellos para enterarse del propósito de su viaje. Ellos dijeron: “Venimos para invalidar el ‘pacto de paz’ con Muhammad (s.a.w.)”. Cuando el Profeta (s.a.w.) se percató de esto ordenó que les llevaran una gran cantidad de dátiles como obsequio. Luego se comunicó con ellos, y ellos dijeron: “Carecemos de las fuerzas suficientes para enfrentarnos con vuestros enemigos puesto que somos pocos en número. Tampoco contamos con el poder ni el deseo de enfrentarnos con vosotros, puesto que nuestro lugar se encuentra cerca. Por ello venimos para ‘pactar las paces’ con vosotros.” En ese momento fue descendida las aleyas mencionadas dando a los musulmanes las órdenes necesarias en este campo.[18]
6. Aceptar los derechos de la minoría religiosa
Ninguna religión asegura la libertad, protege el honor y los derechos nacionales de las minorías religiosas al igual que lo hace el Islam. El Islam provee la justicia social completa en el país islámico no sólo para los musulmanes sino que para todos los habitantes de éste –a pesar de la existencia de diferentes religiones, razas, lenguas y colores–, y esta es una de las grandes ventajas del mundo humano que ninguna religión ni ley, excepto el Islam, puede realizar este ideal.
Las minorías religiosas al realizar el pacto del “convenio de protección” y al obtener la ciudadanía pueden vivir libremente en el país y al igual que los musulmanes beneficiarse de los derechos sociales y de la seguridad interna y externa.
El Generoso Corán directamente dice lo siguiente de la política general del Islam en cuanto a la consideración de los derechos nacionales y de las demás religiones fuera del Islam:
“Dios no os prohíbe que tratéis con amabilidad y equidad a quienes no combaten vuestra fe ni os han expulsado de vuestros hogares. En verdad, Dios ama a quienes son equitativos”.[19]
Entonces el Islam permite que las minorías religiosas y los opositores del Islam vivan en la sociedad islámica y disfruten de los derechos humanos; bajo la condición de que no provoquen molestias para el Islam ni para los musulmanes, ni realizar acto alguno en su contra.
En otra aleya dice:
“Lo que, en verdad, Dios os prohíbe es que seáis amigos de quienes combaten vuestra fe y os expulsan de vuestros hogares o ayudan a que seáis expulsados. Y quienes sean amigos de ellos, esos serán los opresores (politeístas)”.[20]
Considerando estas dos aleyas, la política general del Islam respecto a las minorías religiosas y a los opositores del Islam es la siguiente: “Mientras que las minorías religiosas no transgredan los derechos de los musulmanes y no conspiren en contra del Islam ni de los musulmanes se encontrarán completamente libres dentro del país islámico, mientras que los musulmanes tienen la obligación de comportarse con ellos con justicia y benevolencia. En caso de que cooperen en contra del Islam y de los musulmanes con otros países, los musulmanes tienen la obligación de obstaculizar sus actividades y de no considerarlos nunca sus amigos.
En el Islam la libertad y el respeto de las minoría religiosas es en la medida que si alguien que pacto el “convenio de protección” y realiza un acto que en su religión es permitido pero por la ley islámica prohibido –tal y como ingerir licor– nadie le objeta, claro está hasta el momento en que no haga público ni manifiesto ese acto. Pero si lo hace será amonestado por haber roto el convenio de protección. Y si realiza un acto que en su religión sea también prohibido tal y como: adulterio, sodomía y otros, no tiene ninguna diferencia desde el aspecto de derechos con los musulmanes, mientras el juez tiene derecho a ejecutar el castigo en ellos, aunque puede entregarlo a su juez para que sea juzgado y castigado según las leyes religiosas de ellos”.[21]
Según la jurisprudencia islámica si dos personas que hayan realizado el convenio de protección presentan su disputa ante el juez de los musulmanes, el juez cuenta con la libertad para juzgar según lo que dictamine el Islam, o rechazar el arbitraje. El Generoso Corán a este respecto dice:
“Si (de la gente de la Escritura) vienen a ti, juzga su asunto o déjales que se arreglen entre ellos.”.[22]
Claro está esto no significa que el gran Profeta (s.a.w.) intervenga en la elección de una de estas dos por sus inclinaciones privadas, sino que el propósito es que debe tomar en cuenta las situaciones y condiciones, si es conveniente intervenga y dictamina, de lo contrario no lo haga.[23] Entre estos podemos considerar que uno de los beneficios es respetar las interacciones y relaciones de la gente de la Escritura con los musulmanes. De esta aleya se deduce que la coexistencia de los musulmanes con la gente de la Escritura fue al grado en que ellos se presentaban ante el Profeta (s.a.w.) para que arbitrara. La justicia siempre tiene valor ante cualquier grupo. Si el juez o el gobierno islámico fue elegido para intervenir y arbitrar, deberá respetarse la justicia, y en los arbitrajes no deberán influir los asuntos raciales-regionales, los fanatismos de un grupo, las inclinaciones personales ni las amenazas.
7. Reconocer oficialmente a los Profetas y a los Libros Celestiales
Básicamente todos los Libros Celestiales en los fundamentos de los asuntos armonizan entre sí, y persiguen un propósito único (la educación y perfección del ser humano). Aunque en los asuntos secundarios, según lo que exige la ley de la perfección gradual tienen diferencias entre sí, y cada religión nueva cruza por un nivel superior, teniendo un programa más completo. El Generoso Corán, al mismo tiempo que respeta a los Profetas y a los Libros Celestiales anteriores, los confirma.
“Hicimos descender para ti la Escritura que contiene la Verdad y que confirma la Escritura que ya tenían en sus manos y la protege. Juzga, pues, entre ellos con lo que Dios hizo descender…”.[24]
Aproximadamente otras veinte aleyas también afirman y confirman La Tora y el Evangelio. [25] Básicamente esta es una tradición Divina que cualquier Profeta confirma al Profeta anterior y cada Libro Celestial confirma al Libro Celestial anterior. Dios Sublime respecto a la confirmación del Profeta Moisés (a.s.) y La Tora a través del Profeta y del Libro Celestial que le siguió es decir el Profeta Jesús (a.s.) y el Evangelio dice lo siguiente:
“Y, tras ellos (La Tora y Moisés), enviamos a Jesús hijo de María, confirmando la –veracidad- de La Torá que ellos tenían en sus manos. Y le dimos el Evangelio, en el cual hay guía y luz y confirmación de lo que tienen en la Torá, y que es una guía y una amonestación para los temerosos de Dios”.[26]
8. La paz internacional
El Islam desde un principio instituyó el fundamento de la paz y a través de esto preparó el camino para transitar la paz internacional y la coexistencia pacífica. A este respecto es suficiente con saber que la paz es el alma y lo principal del Islam. Tal y como se dijo el vocablo “islam” se deriva de “sa-la-ma” y por ello es el que contiene la tranquilidad y la paz. El Corán ordena que todos entren en el campo de “la paz y armonía”: “¡Oh, los que creéis! ¡Entrad todos en la Paz y…!”[27]
«سلم» (tranquilidad) es mucho más elevado y tiene mucho más durabilidad que «صلح» (paz), puesto que es bajo el significado de salud y seguridad, y carece de una forma de paz temporal aparente.
Dios Sublime ordena al Profeta (s.a.w.) que si tus enemigos se acercaron pidiendo la paz y la desean, tú aprovecha la oportunidad y acuerda con ellos: “Y si se inclinan hacia la paz inclinaos también vosotros y confiad en Dios…”.[28]
El apego del Islam hacia la paz entre los humanos es a tal grado que da la buena nueva a las personas con fe que tal vez como consecuencia del comportamiento pacífico de los musulmanes, se realice un pacto de amistad entre ellos y los enemigos: “Puede que Dios ponga afecto entre vosotros y aquellos de quienes erais enemigos. Dios es poderoso. Dios es perdonador, misericordiosísimo (con las criaturas)”.[29]
Las personas no musulmanas se dividen en dos grupos: el grupo que se enfrentó a los musulmanes, desenvainó sus espadas, los expulsó a la fuerza de sus casas y hogares y, en conclusión, mostró claramente enemistad con el Islam y hacia los musulmanes en sus palabras y actos. La obligación de los musulmanes hacia este grupo es evitar cualquier frecuentación y pacto de amistad con éste. Un ejemplo evidente de esto fueron los politeístas de La Meca, en especial los jefes del Quraysh. Un grupo oficialmente realizó este acto y otro grupo también ayudó.
Pero el segundo grupo a pesar de su incredulidad y dualidad, no tuvo nada que ver con los musulmanes. No enemistó con ellos ni guerreó en su contra ni tampoco los expulsaron de sus casas y hogares. Incluso un grupo de ellos había pactado las paces con los musulmanes. Deberán ser fieles con este grupo y esforzarse por realizar la justicia. El ejemplo de este grupo fue la tribu de Juzâ’ah que había pactado la paz con los musulmanes”.[30]
En conclusión ser partidario de la paz y de la coexistencia pacífica en la política externa es de los programas más razonables y progresivos del Islam, y el Islam también adoptó este programa y pidió el fortalecimiento de las fuerzas para defender en casos de emergencia.
El Islam da gran importancia para la paz y la vida pacífica al grado en que en las sociedades pequeñas y en los desacuerdos familiares también ha ordenado la paz y el acuerdo “hacer las paces es mejor”.
9. Luchar en contra de las ilusión de sentir superioridad de las demás religiones.
Algunas de las aleyas del Generoso Corán hablan respecto a la lucha en contra de las creencias fanáticas de otras religiones, creencias incorrectas que han sido el origen de muchos odios y enemistades hacia los seguidores de otras religiones. Nuestro Libro Celestial después de que invita a sus seguidores a la coexistencia religiosa y moderación con los seguidores de las demás religiones, destruye también los fundamentos de las sospechas y de pensamientos incorrectos de otras religiones.
Los judíos y cristianos creen que son la nación elegida por Dios, que sólo ellos han establecido una relación eterna con Dios, que el Paraíso Divino es especial de ellos y los seguidores de ninguna otra religión merecen beneficiarse de éste. Sólo los judíos y los cristianos son los que bajo cualquier excusa son más importantes y más elevados que cualquier otro y son dignos de cualquier tipo de respeto, y todos ante estas dos naciones elegidas deberán reverenciarlas y respetarlas.[31]
“Y los judíos y los cristianos dicen: «Somos los hijos de Dios y Sus preferidos.» Di: «¿Entonces, por qué os castiga por vuestros pecados? Sólo sois otros seres humanos de los [muchos] que Él ha creado». Él perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. Y a Dios pertenece el gobierno de los cielos y la Tierra y de lo que hay entre ambos y todo regresa a Él”.[32]
Y en otra aleya dice:
“Y dijeron: «Sólo entrará en el Jardín quien sea judío o cristiano.» Eso es lo que ellos quisieran. Di: «Aportad vuestras pruebas, si es que sois sinceros.» * ¡Sí! ¡Quien se someta a Dios plenamente y haga el bien, tendrá su recompensa junto a su Señor! [Quienes sean así] No tendrán que temer y no estarán tristes”.[33] Por lo tanto el Paraíso de Dios no es exclusivo de ningún grupo.
En esta forma el Generoso Corán se enfrenta con los pensamientos orgullosos y fanatismos erróneos, peligrosos y agresivos de estas dos naciones, y a través de la argumentación muestra el vacío y la falta de lógica de ellos.
Es evidente en caso de que estos pensamientos incorrectos y peligrosos dominen sobre una nación y sociedad, no tendrá la paz mundial ni la coexistencia religiosa con otros. Terminar con los fanatismos erróneos y con el sentimiento de superioridad así como con el racismo prepara el campo para la coexistencia pacífica entre las religiones, las naciones y las diversas escuelas.
Desde el punto de vista del Generoso Corán ninguna nación es elegida ni tampoco nadie ha pactado hermandad con Dios. La superioridad y grandeza es especial de aquellos que sólo se humillan ante la Verdad y ningún fanatismo erróneo evita que la acepten.
10. Cooperar en los asuntos internacionales
Una de las necesidades de la vida social es la colaboración y cooperación. La vida social y el sistema internacional son imposibles sin la colaboración y cooperación en los diversos aspectos políticos, económicos, sociales y culturales. Para dar fin a las dificultades mundiales que incrementan cada día más, no existe otro recurso más que participar y cooperar.
El Generoso Corán a la cooperación y colaboración que es también un fundamento racional las acepta y recomienda, y su sendero lo colocó en dirección de “la bondad y la abstinencia”, prohibiendo la cooperación para la realización de pecados y opresión.
“…Y ayudaos mutuamente a hacer el bien y al temor de Dios, pero no colaboréis en el pecado y la agresión. Y sed temerosos de Dios. Ciertamente, Dios castiga con severidad”.[34]
Uno de los ejemplos de la “bondad” en la escala mundial es el esfuerzo para crear justicia, igualdad, paz, seguridad y expansión. La luchar en contra del dominio, la explotación, el racismo y cualquier esfuerzo para cortar las raíces de la transgresión a nivel mundial, se considera esfuerzo en el sendero de la abstinencia, temor de Dios y acercamiento de las naciones para aproximarse al deseo de Dios. En este sendero deberá evitarse cualquier forma de colaboración y cooperación que provoque la corrupción, la ruina y opresión.[35]
El acuerdo internacional incrementará en la medida que se ponga más atención en los fundamentos que se tienen en común. En conclusión se proveerá la paz y la seguridad mundial. El Generoso Corán además de recibir los fundamentos en común: «قل یااهل الكتاب تعالوا ...» “Di: «¡Oh gente de la Escritura [Sagrada]! Venid...”, y recomendar la cooperación para la abstinencia y la bondad, permite a los musulmanes para que mantengan intercambios económicos y otros con ellos, consuman de sus alimentos –fuera del licor, la carne de cerdo y…–:
Es evidente que el intercambio económico y el permiso para ingerir los alimento de la gente de la Escritura y otros, es de los medios de la cooperación preparativa para la colaboración y coexistencia pacífica. Desde el punto de vista del Islam, la cooperación antes de que sea una obligación religiosa es considerada una necesidad humana. Beneficiarse de la tierra que Dios creó y de las riquezas que colocó en ésta, es imposible sin la colaboración y cooperación.
En conclusión, a pesar de que en esta aleya directamente no menciona la colaboración y cooperación, pero menciona un ejemplo de cooperación e intercambio con la gente de la Escritura, y este es el uso de los alimentos de la gente de la Escritura –a excepción del licor, la carne de puerco y otros–. En realidad el permiso de ingerir los alimentos de la gente de la Escritura y otros es considerado uno de los medios de cooperación y preparación del campo de la coexistencia pacífica con la gente de la Escritura.
[1]– Al-Baqara [2:113].–
«و قالت الیهود لیست النصاری علی شیء و قالت النصاری لیست الیهود علی شیء و هم یتلون الکتاب کذلک قال الذین لایعلمون مثل قولهم فالله یحکم بینهم یوم القیامة فیما کانوا فیه یختلفون».
[2]– Ídem, 256. –«لا اکراه فی الدین قد تبین الرشد من الغی».
[3]– Iūnus [10:99]. –«ولو شاء ربک لامن من فی الارض کلهم جمیعاً أفانت تکره الناس حتی یکونوا مؤمنین».
[4]– Al-Kahf [18:29]. –«و قل الحق من ربکم فمن شاء فلیومن و من شاء فلیفکر».
[5]– Al-An‘ām [6:107]. –«ولو شاء الله ما اشرکوا و ما جعلناک علیهم حفیظاً و ما انت علیهم بوکیل».
[6]– Fuşşilat [41:53] –«سنریهم آیاتنا فی الآفاق و فی انفسهم حتی یتبین لهم انه الحق أو لم یکف بربک انه علی کل شیء شهید».
[7]– Ad-Dāriyāt [51:20-21]. –«و فی الارض آیات للموقنین * و فی انفسکم أفلا تبصرون».
[8]– Āle ‘Imrān [3:64].–
«قل یا اهل الکتاب تعالوا الی کلمة سواء بیننا و بینکم الا نعبد الا الله و لا نشرک به شیئاً و لا یتخذ بعضنا بعضاً ارباباً من دون الله فإن تولوا فقولوا اشهدوا بانا مسلمون».
[9]– Makârim Shîrâzî Nâsir y demás, Exegesis Nemunah, t.2, p.450.
[10]– Al-Ĥuŷurāt [49:13].
«یا ایها الناس انا خلقناکم من ذکر و أنثی و جعلناکم شعوباً و قبائل لتعارفوا إن اکرمکم عند الله أتقاکم إن الله علیم خبیر»
[11]– Al-Baqara [2:213].
«کان الناس امة واحدة فبعث الله النبیین مبشرین و منذرین و أنزل معهم الكتاب بالحق لیحكم بین الناس فیما اختلفوا فیه و ما اختلف فیه ....»،
[12]– La explicación de «یا بنی آدم» (¡Oh, Hijos de Adán!) fue utilizada en varias aleyas como por ejemplo: en la Sura Al-‘Arāf, [7:26, 27, 35, 171] y en la Sura Al-Isrā’ [17:70].
[13]– Al-Infiťār [82:6]; Al-Inšiqāq [84:6], y aproximadamente 60 aleyas más.
[14]– Yâsir Abû Shabânah, Al-Nidzâm Al-Duwâlîyu Al-Ÿadîd baîna Al-Wâqa’ Al-Hâlîyu wa Al-Tasawûru Al-Islâmîyah, pp.542-543.
[15]– Al-‘Ankabūt [29:46].
«و لا تجادلوا أهل الكتاب إلا بالتی هی أحسن الا الذین ظلموا منهم و قولوا آمنا بالذی أنزل إلینا و أنزل إلیكم و إلهنا و إلهكم واحد و نحن له مسلمون».
[16]– Al-An‘ām [6:108].
«و لا تسبوا الذین یدعون من دون الله فیسبوا الله عدوا بغیر علم كذلك زینا لكل أمة عملهم ثم الی ربهم مرجعهم فینبئهم بما كانوا یعملون».
[17]– An-Nisā’ [4:90]. –«... فان اعتزلوكم فلم یقاتلوكم و ألقوا إلیكم السلم فما جعل الله لكم علیهم سبیلاً».
[18]– Exegesis Nemunah, t.4, p.54.
[19]– Al-Muntaĥina [60:8].
«لا ینهاكم الله عن الدین لم یقاتلوكم فی الدین و لم یخرجوكم من دیاركم أن تبروهم و تقسطوا إلیهم إن الله یحب المقسطین».
[20]– Al-Muntaĥina [60:9].
[20] «انما ینهاكم الله عن الذین قاتلوكم فی الدین و أخرجوكم من دیارك و ظاهروا علی إخراجکم أن تولوهم و من یقولهم فأولبك هم الظالمون»،
[21]– Subhânî Ÿa’far, Los fundamentos del gobierno islámico, (traducc.persa), pp.526-530.
[22]– Al-Mā’ida [5:42]. –«فان جاوك فاحكم بینهم أو أعرض عنهم».
[23]– Exegesis Nemunah, t.4, p.386.
[24]– Al-Mā’ida [5:48]. –«و أنزلنا إلیك الكتاب بالحق مصدقاً لما بین یدیه من الكتاب و مهیمنا علیه فاحكم بینهم بما أنزل الله».
[25]– Algunas de estas aleyas corresponden a:
- Āle ‘Imrān [3:50] «و مصدقا ما بین یدی من التوراة...». “[que vengo] confirmando lo que ya teníais en vuestras manos procedente de la Torá”.
- An-Nisā’ [4:47] «یا أیها الذین اوتوا الكتاب بما نزلنا مصدقا لما معكم» –“¡Oh, aquellos a quienes les fue dada la Escritura [Sagrada]! ¡Creed en lo que hicimos descender confirmando lo que teníais…”.
- Al-Mā’ida [5:46] «فیه هدی و نور و مصدقا لما بین یدیه من التوراة ...» –“en el cual hay guía y luz y confirmación de lo que tienen en la Torá”.
- Aş-Şaf [61:6] «انی رسول الله الیكم مصداقا لما بین یدی من التوراة» –“En verdad, soy el Mensajero de Dios enviado a vosotros para confirmar la Torá”.
- Al-Baqara [2:89] «و لما جاءهم كتاب من عندالله مصدق لما معهم» –“Y cuando les llegó una Escritura procedente de Dios, confirmando lo que tenían”.
- Al-Baqara [2:101] «و لما جاءهم رسول من عند الله مصدق لما معهم» –“Y cuando llegó a ellos un Mensajero de parte de Dios confirmando lo que tenían”.
[26]– Al-Mā’ida [5:46]
«و قفینا علی اثارهم بعیسی ابن مریم مصدقا لما بین یدیه من التوراة و آتیناه الانجیل فیه هدی و نور و مصدقا لما بین یدیه من التوراة و هدی و موضوعة للمتقین»
[27]– Al-Baqara [2:208] –«یا أیها الذین آمنوا ادخلوا فی السلم كافة...».
[28]– Al-Anfāl [8:61] –«و أن جنحوا للسلم فاجنح لها...».
[29]– Al-Muntaĥina [60:7] –«عسی الله أن یجعل بینكم و بین الذین عادیتم منهم مودة و الله قدیر و الله غفور رحیم».
[30]– Exegesis Nemunah, t.22, pp.31-32.
[31]– Muhammad Muÿtabhid Shabistârî, La coexistencia religiosa”, año 7, número 3, p.37.
[32]– Al-Mā’ida [5:18]
«و قال الیهود و النصاری نحن أبناء الله و أحباوه قل فلم یعذبكم بذنوبكم بل أنتم بشر ممن خلق یغفر لمن یشاء و یعذب من یشاء و لله ملك السماوات و الأرض و ما بینهما و إلیه المصیر».
[33]– Al-Baqara [2:111-112]
«و قالوا لن یدخل الجنة الا من كان هودا او نصاری تلك أمانیهم قل هاتوا برهانكم إن كنتم صادقین بلی من أسلم وجهه لله و هو محسن فله آجره عند ربه و لا خوف علیهم و لا هم یحزنون».
[34]– Al-Mā’ida [5:2] –«تعاونوا علی البر و التقوی و لا تعاونوا علی الاثم و العدوان».
[35]– ‘Abbâs ‘Amîd Zanÿânî, La jurisprudencia política, t.3, pp.441-461.