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La lectura rápida o la lectura lenta dependen del lector. En las enseñanzas religiosas no existe nada a este respecto. Lo que existe relacionado con la lectura del Corán es que “lean el Corán en forma fluida y clara”:
"وَ رتّلِ القُرآنَ تَرتیلاً" –“y recita el Corán de manera fluida y clara”. [1] El Imam ‘Alî (a.s.) respecto al significado de esta aleya dijo: “No reciten el Corán tan rápido como un poema, ni tampoco tan disperso como las piedrecillas en el camino (indicando que no se lea muy despacio)”.[2]
Así también en las narraciones dice que el Imam Ridâ (a.s.) cada tres días recitaba todo el Libro Sagrado y decía: “Si quiero puedo recitar todo el Corán en menos de tres días, pero cuando recito las honorables aleyas del Corán medito y reflexiono en el asunto por el cuál fue revelada esa aleya y por el momento en que descendió, por ello tardo tres días en recitar el Corán completo”.[3]
Por lo tanto la forma para leer un asunto depende del mismo lector y del texto a leer. Algunos pueden a través de una lectura rápida entender perfectamente el significado y el propósito del escrito, mientras que otros lo hacen a través de una lectura lenta. Por ello lo importante en este asunto es que mientras lea lo haga meditando, reflexionando, pensando y entendiendo perfectamente lo que se lee.
Esta pregunta no tiene respuesta detallada.
[1]– Al-Muzzammil [73:4].
[2]– Kulaînî, Kâfî, t.2, p.614.
[3]– Tabarsî, ‘I’lâm Al-Warâ bi ‘I’lâm Al-Hudâ, p.327.