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En respuesta a esta pregunta debe decirse: generalmente el orden de las suras no juega papel en el iÿtihâd (deducción de las normas islámicas), y no existe ningún caso que pueda deducirse un asunto jurídico por medio del orden de las suras. Así también la colocación de las aleyas que no tienen relación en el significado entre sí, no influye en la deducción del jurista. Por ello, el jurista, en sus principios básicos teológicos no necesita comprobar estos dos asuntos.[1]
Aquello que es necesario para el jurisconsulto, es comprobar que el contenido del Corán, las palabras únicas, la composición de las palabras que componen las aleyas y el conjunto de las aleyas relacionadas entre sí son divinas y un revelamiento[2], y esto puede ser comprobado a través del milagro de la elocuencia del Corán, puesto que la elocuencia no se limita sólo a la palabra sino que incluye tanto la palabra como el significado, y ambas influyen en esto. Generalmente la elocuencia no tiene significado cuando el texto carece de un contenido correcto, de un orden en su significado y de unión en la esencia de la palabra.
Por otra parte, la posibilidad de que la existencia de la separación y transferencia de sus aleyas terminase con parte del significado de algunas aleyas –como por ejemplo, como consecuencia de la transferencia de la aleya se haya destruido una evidencia circunstancial del método que denota un significado especial– desde el punto de vista del muÿtahid (experto en jurisprudencia islámica) es anulado. Puesto que según algunas razones –que serán explicadas en su momento– el Corán es inmune de cualquier alteración.
De cualquier manera, si el jurisconsulto da la posibilidad de que una aleya fue excluida o añadida, o fue colocada en otro lugar y este cambio influyó también en su significado, entonces no puede decir: yo estoy comisionado a lo que veo, puesto que suponer así, en general, pone en duda la validez del aspecto del Corán. Por ello, el que la razón dé la posibilidad que las palabras coránicas o sus composiciones –que componen las aleyas–, o los conjuntos de aleyas que tienen un método único y corresponden a un asunto, vengan de alguien fuera de Dios Todopoderoso, es un asunto que requiere de una alteración en el Corán y en conclusión esto es descartado. Con esta explicación puede recurrirse al intelecto para comprobar el descenso del Corán por parte de Dios, aunque este asunto provoque que las bases presentes en forma de subdivisión de una subdivisión de otras bases extraiga la inmunidad del Corán de una innovación.
Por lo tanto, aceptar la posibilidad que las palabras o componentes, e inclusive las agrupaciones de un mismo método coránicas vengan de alguien fuera de Dios, termina con la validez del Corán. Es posible que una de las causas que los ajbâriha [escuela que sólo se limita a lo aparente de la narración y no recurren a las causas racionales] no consideran el aspecto del Corán como causa, fue la creencia de estos en la realización de una exclusión o transferencia en las aleyas del Corán. Sin duda alguna lo que ellos realizaron no sólo no fue defender la religión, sino fue considerado una forma de retroceso. Su gran error fue suponer que al hacer a un lado al Corán habían protegido a la religión; pero con este acto pusieron en duda al documento más fiable de la religión y en realidad a toda la religión.[3]
Fuentes para mayor estudio:
Mahdî Hâdavî Tehrânî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd, Instituto de Cultura Janeîe Jirad, Qom, primera edición, 1998.
[1]– Lo arriba mencionado no quiere decir que no pueda comprobarse que el Corán fue recopilado en la época del Mensajero del Islam (s.a.w.), sino que alude que este asunto no juega un papel en la labor del jurisconsulto, ni tampoco es parte de los principios teológicos del iÿtihâd. Al igual que ya dijimos, muchos de los sabios shiítas sostienen que las causas históricas atestiguan que el Corán fue ordenado en la época del Mensajero del Islam (s.a.w.). Además de esto si podemos encontrar puntos de relación en el orden de las suras y de las aleyas, que al ser alterado se pierde este orden de la relación –como la relación numérica entre las suras y las aleyas, o en la totalidad del Corán actual encontremos una unión especial–, entonces para comprobar este asunto tampoco hay necesidad de las causas históricas, sino que a través del intelecto se obtendrán todas esa órdenes y ordenamientos por parte de Dios Todopoderoso.
[2]– Existe una diferencia de opiniones respecto a la influencia de la revelación en todo el conjunto de las aleyas relacionadas entre sí, explicada como “evidencia circunstancial del método”.
[3]– Hâdavî Tehrânî Mahdî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd, p.56-57.