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Considerando que los Imâmes (a.s.) son impecables de cualquier tipo de pecado, equivocación y olvido habrá que creer en la autenticidad de su comportamiento y, en la medida de nuestras posibilidades, buscar descubrir sus secretos y razones para utilizarlos como un modelo en nuestras vidas.
Por otra parte analizando el comportamiento y la conducta de los Imâmes (a.s.) puede advertirse la prudencia y perspicacia de estos, en todas las posiciones defensivas; puesto que la conducta y la posición defensiva de los Imâmes (a.s.), observando los efectos durante lo largo de la historia, son la victoria final de la verdad sobre la falsedad. Desde este punto de vista, la tolerancia y el silencio que guardó el Imâm ‘Alî (a.s.) es un grito elocuente de la inocencia de este Imâm (a.s.) durante la historia. El silencio que guardo este Imâm (a.s.) terminó con el campo de los abusos del enemigo, y con esto los nuevos vástagos del Islam pudieron continuar con su desarrollo y sublimidad.
El mismo dice que el motivo de su silencio fue para proteger a la religión, proteger la unión islámica y considerar los asuntos beneficiosos del mundo Islámico.
La conducta y el comportamiento de los Inmaculados (a.s.) pueden ser observadas desde dos perspectivas, “desde su época” y “desde el porvenir”.
Desde la perspectiva de su época, los Imâmes (a.s.) son inmaculados y “sus dichos, actos y exposiciones” son inmunes de cualquier error y equivocación, en especial en los asuntos que corresponden al Imâmato y a la guía de la sociedad. Las opiniones de todos los sabios coinciden con lo tocante a la inmunidad de los Imâmes (a.s.). Con la obligación moral hacia este fundamento básico habrá que creer en la autenticidad del comportamiento y la conducta de los Imâmes (a.s.), y en la medida de nuestras posibilidades buscar descubrir sus secretos y razones, para utilizarlos como una horma en nuestras vidas.
Observando desde la perspectiva del porvenir, también puede advertirse la prudencia y perspicacia de los Imâmes (a.s.) en todas las posiciones defensivas; puesto que la conducta y la posición defensiva de estos (a.s.), observando los efectos que provocaron durante lo largo de la historia, son la victoria final de la verdad sobre la falsedad. Aunque durante su época no ocurrió esta victoria, y tuvieron que soportar grandes padecimientos y rudezas. Desde este punto de vista, la tolerancia y el silencio que guardó el Imâm ‘Alî (a.s.) es un grito elocuente de la inocencia de este Imâm (a.s.) durante la historia. El silencio que guardó este Imâm (a.s.) terminó con el campo de los abusos del enemigo, al igual que Abû Sufîân estaba dispuesto a pactar fidelidad con el Imâm (a.s.) y proceder en contra de los califas. Pero el Imâm ‘Alî (a.s.) con conocimiento y previsión rechazó a ese enemigo de los musulmanes.
En otra ocasión el Imâm ‘Alî (a.s.) en respuesta a la generosa Fátima (s.) que le preguntó: “¿Por qué con todo ese poder y fuerza que posees no realizas ningún acto para castigar a estos hombres bajos y abyectos?” El Imâm (a.s.) respondió: “Si deseas que el nombre de tu padre Rasulil.lah (s.a.w.) continúe (mencionándose en el adan) como está deberemos esperar.”[1] En otra narración el Imâm ‘Alî (a.s.) dijo: “¡Juro por Dios que si no fuese por el peligro de la destrucción de la religión, el regreso de la idolatría y la dispersión de los musulmanes, no toleraría en esta medida!”.[2]
Estos dos ejemplo históricos y otros muchos narran que la delicadeza del tiempo demandaba que la familia del Profeta (a.s.) en especial el Imâm ‘Alî (a.s.), inclusive para proteger lo aparente del Islam, tolerara tal y como lo mencionamos, y “al igual que un espina en el ojo y un hueso atorado en la garganta” pasase su vida.
Pero un punto importante es que junto a esta tolerancia, la verdad y la realidad durante la historia deberán quedar al descubierto, y para todos deberá aclararse la historia de la opresión y la traición durante el largo de la historia. La destreza del Imâm ‘Alî (a.s.) y de Fátima (s.) fue que soportaron en tal forma el sufrimiento y la tortura que no pudiese ser borrado durante la historia el deshonor de los opresores hacia éstos, y la conciencia de cualquier persona justa durante el largo de la historia atestiguará la legitimidad de Ahl-Bayt (a.s.).
Entonces en forma de un fundamento general puede decirse que cuando la verdad se exprese acompañada con inocencia, su sobrevivencia será mayor. Y mientras la inocencia sea mayor el efecto de esa verdad durante la historia será más visto. El punto culminante de enlace es “la legitimidad y la inocencia” en la vida de Ahl-Bayt (a.s.) que puede observarse en especial en las vidas del Imâm ‘Alî (a.s.), de Fátima (s.) y del Imâm Husaîn (a.s.). Por ello aunque jalar al Imâm ‘Alî (a.s.) para pactar fidelidad y los sufrimientos de la generosa Fátima (s.) en este campo desde la perspectiva histórica y relación terrestre fue una “imposición” y una opresión evidente, pero desde la perspectiva angelical y celestial fue una “elección”. Por ello algunos eruditos dijeron que a ‘Alî (a.s.) no lo llevaron sino que él mismo fue, pero en tal forma que durante toda la historia la opresión de los usurpadores no pudiese ser negada.