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Respecto a la recopilación del Corán existen tres opiniones:
a) El Sagrado Corán fue recopilado durante la época del mismo Profeta (s.a.w.) bajo la supervisión de este honorable y bajo los rayos de la guía Divina, a pesar de que el Profeta (s.a.w.) personalmente no escribió el Corán, ni tampoco recopiló sus aleyas.[1]
b) El Corán existente fue recopilado y ordenado a través del Imâm ‘Alî (a.s.) y después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.). Este acto fue realizado durante la época en que el Imâm ‘Alî (a.s.) se mantuvo retirado en su casa.[2]
c) El Sagrado Corán fue recopilado y ordenado después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.) y a través de algunos de los sahâbah (Compañeros Cercanos), con excepción del Imâm ‘Alî (a.s.).[3]
Muchos de los sabios shiítas, en especial los sabios recientes y los investigadores contemporáneos, sostienen que el Sagrado Corán fue recopilado en la época del Mensajero de Dios (s.a.w.) y bajo su supervisión.[4]
Algunos de los shiítas también han aceptado esta segunda opinión, y consideraron al Imâm ‘Alî (a.s.) recopilador del Corán.[5] No obstante, muchos de los sunnitas consideraron la tercera opinión y los orientalistas también generalmente aceptaron esta última opinión y agregaron: “El Corán que el Imâm ‘Alî (a.s.) recopiló no fue aceptado por los Compañeros Cercanos”.
Al igual que es evidente, según la primera y segunda opinión, la recopilación completa de todo el Corán la refieren a Dios, y la aparición de las suras y el ordenamiento de éstas también fue realizado bajo los rayos del revelamiento Divino. Puesto que el Mensajero del Islam (s.a.w.) según la honorable aleya: «y no habla conforme a su deseo, sino que es una inspiración que se revela»[6], cualquier cosa que decía, en especial respecto a los asuntos religiosos, fue a través de la guía de la revelación. Y los Inmaculados Imâmes (a.s.) también, aunque no fueron mensajeros, pero fueron los seguidores del sendero de la misión y poseían el rango divino de la inmunidad y de la intuición intelectual.
Aquellos que aceptaron la tercera opinión, no sólo no pudieron comprobar la divinidad de ambos –esto es–, la aparición de las suras y su ordenamiento, sino que en realidad lo negaron y dentro de este asunto consideraron el gusto personal de los Compañeros Cercanos.
Consideramos necesario mencionar algunos puntos:
1. El gran sabio Tabâtabâî a continuación de la honorable aleya: «En verdad, Nosotros hacemos descender el Recuerdo y, en verdad, Nosotros somos sus protectores»[7] dijo: “Las especialidades mencionadas para el Corán tales como su elocuencia, su concordancia e imposibilidad de traer algo similar a éste, todo esto existe en este mismo Corán que tenemos en nuestras manos”. Y dedujeron que éste Corán, es el mismo Corán que fue reconocido al inicio del Islam y en la época de propio Mensajero (s.a.w.).[8]
Esta opinión, aunque niega la innovación en el Corán, no puede comprobar que lo revelado es este mismo ejemplar existente; puesto que las especialidades mencionadas no son así que puedan comprobar que el orden de las aleyas recopiladas dieron forma a las suras, y el orden de todas las suras que componen el Corán actual, sean como fueron en la época del Profeta (s.a.w.).
2. Si alguien puede comprobar el milagro numérico además de la palabra única y las composiciones coránicas en el campo de las suras y el ordenamiento de éstas; esto es, establecer una relación numérica especial entre las aleyas de una sura y entre las mismas suras que su realización es imposible para los seres humanos, puede también evidenciar que las suras y su ordenamiento son una revelación. Pero de cualquier manera, no podrá comprobarse el orden de revelación de todas las aleyas que se encuentran reunidas en una sura.[9]
Fuentes para mayor estudio:
Mahdî Hâdavî Tehrânî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd.
[1]– Recurrir a: Tâlqânî Saîîed ‘Abdu Al-Wahâb, Ciencias del Corán, p.83.
[2]– Recurrir a: Ÿalâlî Nâ’înî Sâîîed Muhammad Ridâ, Historia de la recopilación del Generoso Corán, p.87.
[3]– Esta opinión fue aceptada por la mayoría de los sunnitas. Ídem pp.19-51.
[4]– Recurrir a: Tâlqânî Saîîed ‘Abdu Al-Wahâb, Ciencias del Corán, p.83; Milânî Saîîed ‘Alî, Investigación en la refutación de la innovación en el Honorable Corán, pp.41-42-46; Ma’rifat Muhammad Hâdî, Protección del Corán de cualquier innovación, p.34.
[5]– Recurrir a: Ÿalâlî Nâ’înî Sâîîed Muhammad Ridâ, Historia de la recopilación del Generoso Corán, p.80.
[6]– Sagrado Corán 53:2 y 3.
[7]– Sagrado Corán 15:9.
[8]– Recurrir a: ‘Al.lâmah Tabatabâî, Exegesis Al-Mizân, t.XII, pp.104-106-138.
[9]– Hâdavî Tehrânî Mahdî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd, pp.54-55, Instituto de Cultura Janeîe Jirad, Qom, primera edición, 1998.