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La razón es la guía interna de los seres humanos que los conduce por el sendero hacia la perfección, y la religión es la guía externa que salva a los seres humanos del remolino de las corrupciones dirigiéndolos hacia la perfección y felicidad humana. En base a esto no es posible que la guía externa e interna se contradigan entre sí.
Ya que la razón es un fenómeno de los fenómenos y cada fenómeno es limitado, es natural que el alcance de su trabajo no pueda ser ilimitado. Entonces los límites de los actos y actividades de la razón se encuentran al alcance de las criaturas, tienen un conocimiento limitado respecto a Dios y no podrán llegar a la Esencia de Dios que es ilimitada.
La razón puede realizar actividades en el área de las leyes de la creación y de la legislación Divina, y llegar a entenderlas, aunque no puede hacerlo sin la necesidad de la revelación, y la razón no puede llegar a entender asuntos tales como los detalles de la resurrección y las bases de las reglas de los mandatos legales religiosos, y necesita de los guías de la religión. En conclusión no existe ninguna contradicción entre el Islam y la racionalidad. Claro está algunas veces colocar un asunto que se encuentra fuera de los límites de la religión dentro del alcance de ésta, o el que la deducción racional no se beneficie de las condiciones y premisas correctas, o la elección de un significado especial de la razón, nos llevará a estas contradicciones. El último punto es que usted en sus pretensiones no mencionó ninguna causa, ejemplo o testigo para esto.
En la terminología la razón es una sustancia simple que la gente entiende las realidades a través de ésta. Por lo tanto la razón es para entender la verdad. Además del entendimiento de las verdades, es la protectora del alma racional y la que le otorga honor.[1]
En la terminología de los sabios, la razón tiene divisiones: la razón teórica y la razón práctica. La función de la razón teórica es entender y conocer las realidades y juzgar respecto a éstas[2], mientras que la razón práctica es esa misma fuerza que controla los actos y el comportamiento de los seres humanos.[3] O su labor es entender lo que debe y no debe de hacerse (permitido y prohibido) y en realidad la razón práctica es la base de las ciencias de la vida, y el juzgar de la razón práctica es “realizo este acto” o “no realizo este acto”.[4] La razón práctica, según la explicación del Imam Sâdiq (a.s.) es el centro de la adoración del ser humano e inversión de la obtención el Paraíso de Dios Sublime: «العقل ما عبد به الرحمن و اکتسب به الجنان».[5]
De cualquier manera el propósito de razón en los asuntos de la razón y la revelación, es ese mismo poder perceptible del ser humano que percibe los asuntos generales.
En la escuela vivificadora del Islam la razón tiene un rango elevado. El gran sabio Tabâtabâî en su obra Exegesis Al-Mizân dijo: “La razón es la fuerza más honorable dentro del ser humano”.[6] Dios Sublime en el Generoso Corán más de 300 veces invitó a los seres humanos a utilizar y beneficiarse de este poder otorgado por Dios.[7] Desde el punto de vista del gran sabio Tabâtabâî, el rango para reflexionar y pensar en el Islam es tan elevado y sublime que Dios en el Corán incluso en una aleya no ordenó nunca a Sus siervos el no entender o recorrer un sendero ciegamente.[8]
Por ello no existe ninguna contradicción entre el Islam y la racionalidad. Claro está algunas veces colocar un asunto que se encuentra fuera de los límites de la religión dentro del alcance de ésta, o el que la deducción racional no se beneficie de las condiciones y premisas correctas, o la elección de un significado especial de la razón, nos llevará a estas contradicciones.
Con un vistazo a las luminosas palabras del Imam ‘Alî (a.s.) en el Nahÿul Balâgah respecto a la misión de los Profetas se deduce lo siguiente, que el intelecto y la religión no sólo no se contradicen sino que armonizan y se corroboran mutuamente: "...و يثيروا لهم دفائن العقول..." –“…tesoros escondidos en sus intelectos…”[9] El Imam ‘Alî (a.s.) en este dicho respecto a la filosofía de la misión de los Profetas dijo que Dios envió a Sus Mensajeros para la gente, para despertar los intelectos de ellos que se encontraban dormidos en las tumbas.
El intelecto y el innato del ser humano son similares a un depósito en el cual existen todas las verdades y realidades. Por ello todo lo que dicen los Profetas es según la razón y la lógica. En los principios de la jurisprudencia existe un término (ley de la consecuencia) que dice:
"كل ما حكم به العقل حكم به الشرع" –“Cualquier cosa que la razón dicta, la religión también lo dicta”.[10] Lo contrario a esto también es correcto, es decir:
"كل ما حكم به الشرع حكم به العقل" –“Todo lo que la religión dicta, la razón también lo dicta”. Por ello uno de los fundamentos de los mandatos de la religión es la razón.
Entonces los mandatos de los Profetas y del legislador no se encuentran contrarios a la razón. Lo que ellos dicen es lo mismo que está establecido en el intelecto de los seres humanos, pero lo han olvidado como consecuencia de las inspiraciones de los demonios. Los Profetas vinieron para recordarles lo establecido y los tesoros de la razón de los seres humanos.
Básicamente entre el método de los Profetas en la invitación de la gente hacia la verdad y realidad, y entre aquello que los seres humanos obtienen a través de una deducción correcta y lógica no existe diferencia. La única diferencia es que los Profetas tomaban ayuda del Principio Oculto (Dios) y de Su revelación. Claro está esos grandes hombres, a pesar de que pertenecían al mundo elevado (angelical) se bajaron de nivel para hablar en la medida del entendimiento y percepción de la gente, y pidieron a la humanidad que utilizara ese poder innato que todos poseen, que se arraigara en la deducción y la razón firme y lógica. Entonces el rango de los Profetas es más puro de aquello que invita al ser humano hacia el movimiento sin perspicacia y seguimiento ciego. El Generoso Corán dice: “Di: «Éste es mi camino. Llamo hacia Dios, con una profunda visión de las cosas, a todo el mundo…»”.[11]
Por ello la religión y la racionalidad, o la ley religiosa y la filosofía que su propósito, legislador y método son uno, no tienen ningún desacuerdo entre sí. La religión verdadera invita a la gente para que a través del intelecto racional encuentre certeza y conocimiento del mundo metafísico. El esfuerzo de la razón y el conocimiento derivado de la tradición se encuentran paralelos. La razón es la guía interna de los seres humanos que los conduce en el sendero hacia la perfección, y la religión es la guía externa para salvar a los seres humanos del remolino de las corrupciones y dirigirlos hacia la perfección y felicidad humana. Tal y como el Imam Kâdzim (a.s.) dijo: “Dios colocó para los seres humanos dos guías: una guía externa y una guía interna. Pero la guía externa son los Enviados Divinos, los Mensajeros y los Imames (a.s.). Y la guía interna son los intelectos”.[12]
En base a esto no es posible que la guía externa e interna se contradigan. “Guía” bajo el significado de causa y dirigente, y dirigente llaman a alguien que está familiarizado con el sendero, la meta y su fin. Según las narraciones del Imam Kadzim (a.s.) para llegar a alcanzar a Dios Único existen dos senderos: “Guía de fuera y guía de dentro”. Claro está deberá ponerse atención en que las dos guías, externa e interna, no son dos senderos independientes ni faltos de la necesidad mutua. El ser humano llega a su meta cuando llega a alcanzar el último grado de acompañamiento y armonía entre estas dos guías.
Según lo dicho por el Imam Husayn (a.s.): “La perfección de la razón se encuentra en el seguimiento de la Verdad”.[13] Y según lo dicho en el Generoso Corán: “… Dios es la Verdad…”.[14] “La Verdad procede de tu Señor”.[15] Entonces a través de seguir la Verdad la razón llega a la perfección, y por ejemplo lo ordenado por Dios es seguir la guía externa (los Profetas). El Generoso Corán dice: “¡Obedeced a Dios y obedeced al Mensajero y a los albaceas de los Mensajeros!”.[16] El punto importante es este que las elevadas verdades religiosas en ocasiones se contradice con la razón parcial y la razón calculadora (previsora) de Descartes (según la opinión de Descartes la razón perfecta no tiene significado y no la indica, toda su atención la centra en la razón calculadora y previsora). O se contradice con la razón en la Escuela Pragmática (según la Escuela Pragmática esa racionalidad que da fruto es aquella que resuelve uno de nuestros problemas experimentales). O se contradice con la razón teórica desde la opinión de Kant (según Kant la razón teórica es impotente para resolver los asuntos y los mandatos racionales y en este campo carece de valor práctico).
Es claro que el sacrificio, la devoción, el martirio, el ofrecimiento, la fe en lo oculto y miles de realidades fundamentales islámicas son imposibles de ser analizadas y explicadas con la razón parcial y calculadora. Por otra parte también debería ponerse diferencia entre la razón y las ilusiones, en ocasiones las ilusiones se sientan en el lugar de la razón, y muestran cosas falsas en lugar de asuntos verdaderos. Tal y como dice en la honorable aleya: "...و هم یحسبون اَنهم یحسنون صنعا" –“…creyendo que actúan bien”.[17] Pero en realidad sus ilusiones y pensamiento eran totalmente conjeturas y falsedades.
La conclusión es que con la explicación de armonización y acompañamiento de la razón y la religión, y la falsedad de la suposición de la contradicción entre el Islam y las deducciones racionales, por la unidad del propósito del legislador y del método de estos, en caso de carecer de la comparación de uno de los fundamentos racionales con las verdades de la religión o con las premisas y las normas lógicas de la prueba, las deducciones racionales no fueron respetadas, y/o nuestra deducción de un dictamen religioso fue injusta o mezclada de ilusión.
Claro está habrá que poner atención que en los dos campos de creencias (fundamentos) y mandatos (ramas) del Islam algunos de los mandatos y asuntos se encuentran más allá de la razón, y la razón aunque no se opone a ellos, pero no llega a alcanzar su origen ni su verdad, sin poder entenderlos. Tal y como las medidas de los dictámenes religiosos o de los asuntos correspondientes a los detalles del día de la Resurrección.
La causa de que en los pensamientos y en nuestras opiniones algunos dictámenes se contradicen con la razón se encuentra en dos asuntos:
Primero, el que muchas de las realidades fundamentales del Islam no son posibles de analizar y explicar con la razón parcial y calculadora.
Segundo, deberá ponerse diferencia entre la razón y la ilusión, y tal y como fue dicho es posible que los entendimientos de las ilusiones se supongan como entendimientos de la razón.
En conclusión puesto que la prueba intelectual es guía de Dios, cualquiera que con esta inversión racional vaya en busca de los textos, recibe y se beneficia de una gran cantidad de ciencia sagrada, tanto del texto tradicional (religión) como de la prueba intelectual. Pero si alguien con una investigación defectuosa o una investigación supuestamente lógica, o a través de un razonamiento incorrecto que aparenta ser correcto va en busca del entendimiento de los textos sagrados; el polvo de la humanidad se coloca al igual que un halo alrededor del contenido sagrado de la religión y lo contamina de polvo.
Así también en respuesta a alguien que diga: ¿Acaso de todos los asuntos generales y parciales de la religión puede hacerse una defensa racional? Debemos decir que la razón para conocer a la religión es necesaria pero no suficiente. Por ello los detalles de la religión no pueden ser protegidos con la razón puesto que los detalles no se encuentran dentro del alcance de las pruebas intelectuales sean detalles naturales o detalles de la ley religiosa. Explicado de otra manera los detalles tanto científicos, objetivos, reales y de crédito no se encuentran al alcance de la prueba intelectual, y aquello que no se encuentre al alcance de la razón no tiene demostración ni justificación racional. Pero las generalidades, las líneas y los senderos generales de la naturaleza y los conocimientos religiosos aceptan la demostración racional.
Una explicación a esto es que la razón ella misma puesto que se siente desarmada e incapaz en muchos de los asuntos necesita de la revelación. La lógica de la razón es esta que “yo entiendo que muchas cosas no las entiendo y necesito de la revelación”.[18]
Para más información recurrir a:
A) “Reflexión en el Corán”, gran sabio Sayyid Muhammad Husayn Tabâtabâî.
B) “Filosofía teórica y práctica en el Nahÿul Balâgah”, ‘Abdul.lah Ÿawâdî Âmulî.
C) “La ley religiosa en el espejo del conocimiento”, ‘Abdul.lah Ÿawâdî Âmulî, pp.199-224.
D) “Teología”, ‘Abdul.lah Ÿawâdî Âmulî, pp.170-174.
E) “Las creencias y preguntas”, Mahdî Hâdawî Tehrânî, pp.51-58.
F) “Fundamentos teológicos del ijtihad (deducción de las normas islámicas)”, Mahdî Hâdawî Tehrânî, pp.280-284.
G) “Revista Porsemân”, No.12, 3/agosto/2002, artículo: El Islam y la razón, acuerdo o contradicción, Hamîd Ridâ Ridânîâ.
[1]– Karaÿî ‘Alî, Términos filosóficos y las diferencias de estos entre sí, pp.171-172.
[2]– Shahîd Mutahari, Los diez dichos, pp.30-31.
[3]–Ÿawâdî Âmulî ‘Abdul.lah, Rahîq Majtûm, t.1, primera parte, p.153.
[4]– Los diez dichos, pp.30-31.
[5]– Kulaînî, Usûl Kâfî, t.1, p.11, h.3.
[6]–Tabâtabâî Muhammad Husayn, Exegesis Al-Mîzân, t.3, p.57.
[7]– Ídem, t.5, p.255.
[8]– Nafîsî Shâdî, Racionalismo en las interpretaciones del siglo catorce, pp.194-195.
[9]– Nahÿul Balâgah, sermón 1:29, Filosofía de la Misión de los Profetas (P).
“Entonces hizo surgir entre ellos a Sus Profetas sucesiva y alternadamente, a fin de revivir el pacto que Dios tenía con sus naturalezas innatas (es decir, las promesas de sus almas de obedecerlo), recordarles lo que habían olvidado de Sus Mercedes, argumentar en su contra mediante la difusión (del Mensaje), descubrir ante ellos los tesoros escondidos en sus intelectos y demostrarles los signos de Su Potencialidad: el tejado elevado encima de ellos, el lecho extendido bajo sus pies, el sustento que los vivifica, la muerte que los hace desaparecer, las desgracias y calamidades que producen su envejecimiento, las tragedias y acontecimientos que con frecuencia deben soportar.”
[10]– Sabziwârî Sayyid ‘Abd Al-A’lâ, Tahdhîb Al-Usûl, t.1, p.145; Mudzafar Muhammad Ridâ, Usûl Fiqh, t.1, p.217.
[11]– Yūsuf [12:108].
[12]– Ray Shahrî Muhammad, Elección de Mizân Al-Hikmat, p.358, h.4387.
[13]– Ídem, p.359, h.4407.
[14]– Luqmān [31:30].
[15]– Āle ‘Imrān [3:60].
[16]– An-Nisā’ [4:59].
[17]– Al-Kahf [18:104].
[18]– Ÿawâdî Âmulî ‘Abdul.lah, Teología (serie de debates filosóficos sobre la religión), pp.127-174.