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Tal y como saben los Inmaculados Imames (a.s.) observan nuestros actos. En las narraciones también se han hecho indicaciones a este respecto. Definitivamente esta atención se muestra y siente más en el momento que nos encontramos en su santuario o desde lejos mostramos respeto hacia ellos. Por otra parte todos hemos sentido la reacción que presenta el cuerpo ante posturas emocionantes y espirituales, mientras que las aleyas y narraciones muestran también testigos de esto. En las narraciones fueron también mencionados algunos signos para la aceptación del culto, del arrepentimiento y de nuestras peticiones, que unas de estas son el estremecimiento en el cuerpo, el correr de las lágrimas y otros.
Entonces estas posturas existen, pero es incorrecto que cada vez que la persona sienta algo así deba interpretarlo de esta manera, y es correcto que actúe según su obligación con intención y deseo puro, esperando la atención por parte de Dios y por parte de los Inmaculados imames (a.s.).
Tal y como saben los Inmaculados Imames (a.s.) observan nuestros actos. En las narraciones también se han hecho indicaciones a este respecto. Por ejemplo en una narración del Imam Mahdî (a.ÿ.) está registrado que este honorable dijo: “Nosotros no desatendemos su postura, ni los olvidamos”.[1]
Esta narración muestra perfectamente que nuestros actos y conductas están bajo la observancia del Imam. Ahora que es así definitivamente aquellos que visitan los santuarios o desde lejos saludan a estos Inmaculados en muestran de respecto, son objeto de la atención especial de estos generosos. Esta narración del Imam Sâdiq (a.s.) es muy expresiva. El Imam (a.s.) en cuanto a la atención del Imam Husaîn (a.s.) dijo a sus visitantes: “En verdad Husaîn Ibn ‘Alî (a.s.) se encuentra ante Dios y desde ahí observa a sus peregrinos, los conoce, pide perdón a Dios por ellos y….”.[2]
Por otra parte, todos hemos experimentado la reacción del cuerpo ante algunas emociones, conductas y palabras, mientras que en el Corán y las narraciones se ha indiciado también la reacción ante asuntos espirituales.
Dios Sublime en el Corán dice: “Con ella se estremecen quienes son temerosos de su Señor (al escuchar la palabra de Dios)”.[3] En una narración esta postura es considera muestra de aceptación de la súplica y de la petición del siervo a Dios, y dice así: “Cada vez que te estremezcas, corran tus lágrimas y tengas una petición, debes saber que tu petición ha sido aceptada”.[4]
Por lo tanto aunque siempre nos encontramos ante Dios y ante los Inmaculados Imames (a.s.), sin embargo estos signos tales como correr las lágrimas, el estremecimiento y otros, son signos del origen de una relación íntima entre nosotros y los Inmaculados Imames (a.s.), así como de su atención especial hacia nosotros. Inshal.lah.
Claro está no debemos olvidar que aunque signos como estos muestran el establecimiento de una forma de relación pero cada vez que se muestran estas reacciones necesariamente no debe tomarse una conclusión así, aunque nunca debe perderse la esperanza.
[1]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.53, p.175, cap.31.
[2]– Hurr ‘Âmilî Muhammad Ibn Hasan, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.14, p.73, cap. Énfasis en la preferencia de la Salutación del Imam Husaîn (a.s.), h.19508.
[3]– Az-Zumar [39:23].
[4]– Wasâ’il Al-Shî’ah, t.7, p.72, cap. La preferencia de la súplica “Riqat Al-Qalb”, h.8760.