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En respuesta a esta pregunta habrá que decir:
Primero: Este grupo de narraciones fueron dichas por disimulación (taqîah) o en condiciones especiales en las que un levantamiento armado no tenía gran beneficio ni efecto. Además en nuestras narraciones existen casos en los que algunos de los levantamientos lo confirman.
Segundo: La narración mencionada se refiere a las rebeliones y revoluciones armadas, pero no niega los demás movimientos reformativos. En la práctica de los Inmaculados Imames observamos que ellos también invitaban a movimientos así.
A través de un análisis de cómo tomo forma la Revolución Islámica de Irán, así como de los pensamientos y creencias de su fundador, entenderemos también este punto que él básicamente no confirmó el levantamiento armado, y la revolución de Irán tampoco ha sido considerada al nivel de ese tipo de levantamientos. Por lo tanto se disipará la duda de cualquier contradicción de esta revolución con la narración presentada, así como con narraciones similares.
En la conformidad de una revolución importante como la Revolución Islámica de Irán, con las medidas, normas religiosas y coránicas, no debemos limitarnos sólo a una narración o hadîz, y a través de ésta evaluar la conformidad o disconformidad de una revolución tan grande como ésta. Debemos tener una visión multilateral hacia todos los textos religiosos y costumbres prácticas de nuestros Inmaculados Imames (a.s.) en las diversas épocas de la historia, para poder presentar una conclusión exacta y correcta.
Por ello este debate lo analizaremos en una medida más amplia y en varias partes:
1. ¿Acaso la narración existente en la introducción de la obra Sahîfat Saÿÿâdîah puede poner en duda todos los movimientos revolucionarios y armados?
2. ¿Qué justificación existirá para esta narración y también para otras narraciones que prohibieron cualquier movimiento hasta el surgimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.)?
3. Considerando los dos asuntos anteriores ¿cómo es posible que sabios, eruditos y creyentes tales como el Imam Jomeînî (r.) iniciaron actividades en contra del gobierno y realizaron una revolución?
En esta forma analizamos los asuntos mencionados para después llegar a una conclusión final:
1. Con relación a la primera parte habrá que decir: incluso si la narración existente en la introducción del Sahîfat Saÿÿâdîah desde el aspecto de su sanad no está dañada y no dudásemos en que el sexto Imam lo dijo, encontramos algunos puntos en el texto de esta narración que considerándolo no podemos dudar en cualquier movimiento revolucionario antes del surgimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.). A este respecto ponga atención a los dos siguientes puntos:
Uno: En esa misma narración dice que el Imam Sâdiq (a.s.) después de escuchar el suceso del levantamiento y el martirio de Yahya Ibn Zaîd se sintió fuertemente y lloró. Si él hubiese rechazado por completo este movimiento, lo hubiese considerado una arbitrariedad y en contra de la corriente de los beneficios shías, ¿cuál fue la causa de todo este sufrimiento y de todas estas lágrimas por la derrota de Yahya? Claro está es posible que se presente una respuesta en base a que el sufrimiento del Imam (a.s.) fue por sentir compasión hacia Yahya que fue uno de los primos paternos del Imam (a.s.) y de ninguna manera fuese la aprobación del movimiento revolucionario de él, pero suponiendo la aceptación de una respuesta así ¿qué respuesta tendrá para el siguiente punto?
Dos: En esta narración según lo transmitido del Imam Sâdiq (a.s.) dijo que: “Ninguno de nosotros Ahl-Bayt, antes del surgimiento de Mahdî (a.ÿ.), para enfrentar la tiranía y opresión o para tomar el derecho que nos pertenece, se ha rebelado ni se rebelará a menos que se vea afectado por una desgracia o impedimento, mientras su levantamiento nos podrá –a nosotros y a nuestros shías– en más dificultades”.[1]
Si ponemos atención en el texto árabe de la narración además del vocablo "لا یخرج" (no se rebeló) encontraremos también el vocablo "ما خرج" (se rebelará”) que respaldándonos en esto y considerando el que no hay signo alguno de la excepción de los levantamientos de los Inmaculados (a.s.), pueden ponerse en duda y ser reprobados todos los levantamientos anteriores al del Imam Sâdiq (a.s.).
¡¿Acaso, según su opinión, el sexto Imam (a.s.) respecto a las guerras en la época de ‘Alî (a.s.) y el levantamiento sangriento del Imam Husaîn (a.s.) tampoco opinaba en forma positiva considerando a esos levantamientos en contra de los beneficios de los shías?!
A pesar de que la narración mencionada no fue absoluta y naturalmente los límites que la marginan incluirán también las actividades reformativas de estos dos honorables Imames pero estamos completamente seguros que el Imam Sâiq (a.s.) no creía así.
En base a esto no podemos considerar a la narración en la Sahîfat como la norma exacta para evaluar todas las revoluciones y actos reformativos. Es posible que esta narración haya sido dicha en una situación de disimulo, o el que su significado sea que un movimiento así no llegará a una conclusión final, mientras que un gobierno ideal sólo será creado después del surgimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.) y los levantamientos anteriores a éste, incluso si son necesarios y obligatorios, se enfrentarán con inconvenientes incrementando los problemas aparentes en el mundo shía, que claro está no pude justificarse un silencio completo ni la no realización de ningún movimiento reformativo, ya que estamos comisionados para cumplir con la obligación y no a llegar a un resultado. Según lo dicho por el Imam Jomeînî (r.) dirigiéndose al Ayatul.lah Sa’îdî: “Si el ser humano sale victorioso en sus obligaciones Divinas triunfó, ya sea que llegue o no al resultado deseado”.[2]
En las siguientes partes también analizaremos este asunto.
2. Además de la narración mencionada en su pregunta, existen otras narraciones que tienen este mismo significado, tal y como el que cualquier bandera que sea izada antes del surgimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.) el dueño de esa bandera será un rebelde en contra de Dios[3], o el que se asemejará a un polluelo que aun no le han salido las plumas e intenta volar convirtiéndose en un juguete para los niños[4],…[5]
Ponga atención que este tipo de narraciones, éstas fueron dichas en una época en la que por causa del califato de la dinastía opresora omeya cualquier movimiento en contra de ellos era aceptado por todos, incluso los movimientos en los que sus comandantes tampoco tenían una intención Divina y benevolente. Como ejemplo los jariyíes que quedaron con vida también, a pesar de que ellos transitaban el sendero incorrecto, se rebelaron en contra de los gobernadores omeyas.
Los líderes shías (Inmaculados Imames) para ilustrar a sus seguidores indicando que cada cambio no es necesario sea bajo el significado de reforma, los disuadían a seguir un movimiento así. Esto no era bajo el significado de que todos los movimientos revolucionarios, aunque fuese en un nivel limitado lo desaprobasen en forma definitiva. Ponga atención en la siguiente narración que también fue dicha por el Imam Sâdiq (a.s.) y observe si usted también llega a la conclusión anterior.
El dijo: “Si se encontraron con un movimiento revolucionario, tiene más mérito el que elijan algo adecuado, pero tened cuidado de cuál es el propósito final de ese movimiento, y no se limiten sólo a poner como referencia el levantamiento de Zayd Ibn ‘Alî lo, ya que Zayd era un sabio y veraz, y no se levantó por sus propósitos personales. El sólo los invitó a que sigan a los Inmaculados Imames y si hubiese triunfado sin duda hubiese cumplido con su pacto…”.
A continuación el Imam Sâdiq (a.s.) no consideró pertinente el levantamiento armado en esas condiciones y presentó algunos asuntos con relación al levantamiento final del Imam Mahdî (a.ÿ.).[6]
Lo que puede deducirse de todas estas narraciones es que lo predestinado por Dios es que la reforma completa y fundamental de la sociedad universal, sólo se realizará a través del Imam de la Época (a.ÿ.) y la pretensión de ésta por otros son sólo lemas que no se realizarán. Pero una predestinación así no obstaculiza que las personas creyentes no cumplan con sus obligaciones y en la medida de sus poderes y posibilidades se esfuercen en la reforma de su sociedad, puesto que de lo contrario incluso el levantamiento del Imam Husayn (a.s.) también será puesto en duda, ya que se realizó antes del surgimiento del Salvador. Sin duda este movimiento reformador limitado también será aceptado cuando se realice a través de personas con gran fe y en el sendero de los propósitos Divinos.
El Imam Jomeînî (r.) consideró también este punto y en uno de sus discursos dijo: “¡En efecto! nosotros no podemos llenar en esa forma el mundo de justicia, si pudiésemos lo haríamos, pero ya que no podemos él deberá venir. En estos momentos el mundo está lleno de tiranía. Ustedes son un punto en el Universo. El Universo está lleno de tiranía. Si nosotros podemos terminar con la tiranía, debemos hacerlo. Es nuestra obligación”.[7]
La siguiente narración que fue transmitida del Imam Saÿÿâd (a.s.) autor de la obra Sahîfat Saÿÿâdîah la consideraremos como otra referencia a nuestras palabras:
‘Ibâd Basrî en el camino a la Meca se encontró con el Imam Saÿÿâd (a.s.). Con una mirada reprocharte se volteó hacia el Imam (a.s.) y le preguntó: “¡Oh, hijo de Husayn! ¿Abandonaste la lucha santa con sus dificultades y realizas actos sencillos tales como ir a la peregrinación? ¿(Acaso no has escuchado que) Dios en el Corán dijo: “En verdad, Dios ha comprado a los creyentes sus personas y sus bienes porque para ellos es el Jardín. Combaten por la causa de Dios y matan y son matados… ¡Eso sí que es el triunfo grandioso!”? El Imam (a.s.) le respondió: “¡Recita también la aleya que le sigue!” La recitó: “[Los creyentes son] Los que se arrepienten, los que adoran a Dios, los que Le alaban, los que viajan a las mezquitas, los que se inclinan ante Dios, los que se prosternan ante Él, los que ordenan el bien y prohíben el mal y los que protegen las leyes de Dios…”.[8] Después de terminar la recitación de estas aleyas, el Imam Saÿÿâd (a.s.) se volteó hacia él y dijo: “Cuando encontremos personas con estas especialidades, realizar la lucha santa acompañados por ellos sin duda será más valiosa que la peregrinación”.[9]
Es necesario mencionar este punto que en ese entonces los guerreros aparentemente musulmanes eran exclusivos de dos grupos: un grupo formado por los ejércitos de los omeyas que se habían dedicado a la conquista de otras tierras y, otro grupo, los que al igual que los jariyíes y con una visión errónea e intención no Divina luchaban en contra de los califas omeyas, y en ninguno de estos dos grupos existían las normas mencionadas en estas aleyas. En base a esto el Imam Saÿÿâd (a.s.) sin decrecer el valor de la lucha santa, a cualquier enfrentamiento y guerra no los consideraba lucha santa. Sino que tomando al Corán como testigo anunció una norma que cuando se encontrasen personas con esas normas realizar la lucha santa junto a ellos tendrá valor.
En estos momentos con la certeza de que el gran líder de la Revolución Imam Jomeînî (r.) y muchos de los mártires de la Revolución Islámica de Irán y la guerra impuesta se beneficiaban de particularidades como éstas, contestaremos la última parte de la pregunta:
3. Para una conclusión final y el que ¿por qué el Imam Jomeînî lideró la Revolución Islámica de Irán?, debemos considerar también otros asuntos además de las narraciones indicadas, que a continuación mencionamos algunos de estos:
3.1 Incluso los Inmaculados Imames que aparentemente no establecieron un régimen ni lideraron una revolución, realizaron actividades similares a las de un gobierno. En cierta forma contaban con un sistema paralelo al sistema del gobierno ilegal. Realizaban actividades tales como: tener representantes en todos los lugares de la sociedad islámica, prohibir a los shías recurrir a los jueces del gobierno en los asuntos jurídicos, y la necesidad de resolver los expedientes judiciales a través de los representantes de los Inmaculados Imames (a.s.)[10], así como la recopilación de los diversos impuestos. Estos son de los ejemplos de las actividades paralelas y este tipo de actividades provocaban también que los gobernadores opresores no pudiesen soportarlos y planeasen la forma de terminar con ellos y de martirizarlos.
En una narración se transmitió que uno de los espías que casualmente era de los descendientes del Imam Husayn (a.s.), dirigiéndose a Hârun Al-Rashid dijo: “Estoy sorprendido ¡parece como si hubiesen dos califas entre nosotros, uno de ellos Musa Ibn Ÿa’far (el séptimo Inmaculado a.s.) que algunos envían impuestos para él en Medina, y otro tú que se encuentra en Irak ocupado en recolectar los impuestos!”[11]
El fundador de la República Islámica (descanse en paz) en uno de sus discursos interpreta de la siguiente forma el método de la conducta de los Inmaculados Imames (a.s.): “Si nuestros Inmaculado Imames se hubiesen mantenido dentro de sus casas y… a la gente la hubiesen invitado a seguir a los omeyas y abasidas, si hubiesen actuado así hubiesen sido muy queridos y respetados. Pero ellos veían que cada uno de los Imames, ahora que no podían pelear por carecer de los medios necesarios, los destruían en secreto. El gobierno los capturaba, encarcelaba. Los tuvieron diez años en sus celdas. ¡¿Fue por rezar y ayunar que encarcelaron al Imam Musâ Ibn Ÿa’far?! ¡¿Fue porque oraba?! ¡¿Fue porque ayunaba?! ¡¿Fue porque invitaba a seguir a Harun Al-Rashid y… que ustedes vayan y congenien con ellos?! ¡¿Opriman lo que opriman ustedes deben callar?! O el asunto no fue así, ellos ya que veían que esto era peligroso, para el gobierno era peligroso, para los poderes eran peligrosos, por ello, esta fue la causa de que los encarcelaron, los fastidiaron, los desterraron?”[12]
Según esta interpretación, un shía verdadero con el pretexto de que espera el surgimiento no puede vivir callado en forma absoluta durante siglos o miles de años sin realizar ningún acto reformativo.
3.2 En nuestras narraciones existen numerosos asuntos que indican y confirman los movimientos reformativos antes del levantamiento del Imam de la Época (a.ÿ.). Una de estas narraciones indica a un grupo del oriente que a través de su levantamiento preparará los campos para el surgimiento del gobierno del Imam Mahdî (a.ÿ.).[13] El Imam Jomeînî (r.) también muestra esperanzas de que la Revolución de Irán sea ese levantamiento prometido, con estas palabras: “Si Dios quiere con su expansión los poderes satánicos serán hechos de lado, se establecerá el gobierno de los indigentes y débiles, y se preparará el campo para el gobierno universal de Mahdî del fin del mundo”.[14] O las narraciones que anuncian el levantamiento de un hombre del Yemen antes del surgimiento, e invitará a los shías para que lo respalden.[15] Y…
3.3 Los Inmaculados Imames (a.s.), presentaron a los juristas y sabios religiosos como sus representantes durante la época de la ocultación,[16] y naturalmente lo que la gente en general espera es que ellos sean los continuadores de las prácticas de los Inmaculados Imames y de Ahl-Bayt. (a.s.). Durante lo largo de la historia observamos que los sabios religiosos jugaron un papel importantes en los movimiento reformativos y en la actualidad incluso algunos de aquellos que tenían fe en la Revolución Islámica de Irán ellos mismos en una escala más pequeña y creando reuniones en las casas de los marÿa’, que son actos formativos y similares a los del gobierno, con otro método realizaron la guía y la reforma, sin considerarlo opuesto a las órdenes de los Inmaculados Imames (a.s.).
3.4 En forma definitiva podemos decir que incluso si la lucha santa primaria fuese también prohibida durante la época de la ocultación, ningún jurista ni erudito religioso considera prohibido el que las personas incluso en forma armada defiendan sus vidas, bienes, honores ante el ataque de los transgresores, sino que algunos lo consideran definitivamente una obligación. La Revolución Islámica de Irán surgió cuando todos los asuntos mencionados atacaban a través de los enemigos internos y externos. Sin duda no hemos olvidado el suceso de cuando quisieron quitar a la fuerza el velo de las mujeres y a continuación de esto mataron a gente inocente en el patio del Santuario del Imam Ridâ (a.s.), la capitulación, las vulgares fiestas de los 2500 años y… no los hemos olvidado.
3.5 A pesar de esto y habiendo numerosas actividades armadas por parte de diferentes grupos y con la existencia de diversas inclinaciones de pensamiento en todo el país, el Imam Jomeînî (r.) que llevaba en sus manos el timón principal de la revolución, en una situación así siguió siempre los métodos pacíficos que los Inmaculados Imames (a.s.) tenían en mente y nunca durante la Revolución Islámica, a pesar de las presiones y diversas solicitudes ordenó ni dio permiso de métodos armados, que esto es lo que dice también la narración de Sahîfat Saÿÿâdîah. Observamos como las matanzas sangrientas se realizaban por parte de los gobernadores de esa época, que naturalmente su responsabilidad es asumida también por ellos mismos.
Como ejemplo en el clímax de la revolución el año 1979 en una entrevista con la Revista Fígaro dijo: “¡Hasta hoy no he cambiado la forma de mi guía que se basaba en operaciones pacíficas”.[17]
En conclusión final debemos aclarar que a pesar de que las actividades de la Dinastía Pahlavi fueron en tal forma que incluso nos permitía el levantamiento armado hacia ellos, pero el Imam Jomeînî (r.) con su sabiduría y tacto dio forma a las protestas pacíficas que al final terminó en la Revolución Islámica. A pesar de que en la corriente de este método muchas personas alcanzaron el martirio, pero deben poner atención en que la Revolución de Irán no fue un levantamiento armado, sino que fue un movimiento muy amplio reformativo, y ninguna aleya ni narración existe que se oponga a esto. Y si el régimen Pahlavi asesinó también a mucha gente, este asunto deberá ser considerado con el mismo propósito que tuvo el martirio de los Inmaculados Imames (a.s.) que al igual que el Imam Mûsâ Ibn Ÿa’far (a.s.), sin que fuese el fundador de un levantamiento armado y sólo porque sus conductas desagradaban al gobernador de esa época, se vio afectado de numerosas molestias, sufrimientos y prisión, que al final terminaron en su martirio.
[1]– Sahîfat Saÿâdîah, p.20.
[2]– Sahîfat Imam Jomeînî, t.2, p.86.
[3]– Hurr ‘Âmilî Muhammad Ibn Al-Hasan, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.15, p.52, h.19969.
[4]– Ídem, p.51, h.19965.
[5]– En la página 50 del tomo 15 de la obra Wasâ’il Al-Shî’ah hay un subtítulo bajo el nombre de “dictamen del movimiento armado antes del levantamiento del Imam Mahdî (a.ÿ.)” que este tipo de narraciones pueden ser encontradas ahí.
[6]– Hurr ‘Âmilî Muhammad Ibn Al-Hasan, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.15, pp.50-51, h.19964.
[7]– Sahîfat Imam Jomeînî, t.21, pp.16-17; pueden leer sus palabras en este campo, en el t.3, pp.339-340 de esta misma colección.
[8]– At-Tauba [9:111].
[9]– Kulaînî Muhammad Ibn Ya’qûb, Al-Kâfî, t.5, p.22.
[10]– Recurrir a: Wasâ’il Al-Shî’ah, t.27, narraciones del primer capítulo de los capítulos de los atributos que debe tener el juez.
[11]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.48, p.239, h.48.
[12]– Sahîfat Imam Jomeînî, t.4, p.21.
[13]– Bihâr Al-Anwâr, t.51, p.87.
[14]– Sahîfat Imam Jomeînî, t.15, pp.348-349.
[15]– Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.230.
[16]– Wasâ’il Al-Shî’ah, t.27, p.131, h.33401.
[17]– Sahîfat Imam Jomeînî, t.4. p.3.