Please Wait
6427
El que el mes de Muharram sea el primer mes del año lunar no tiene nada que ver con el martirio del Imâm Husaîn (a.s.). El inicio del mes lunar antes de la llegada del Islam también era en el mes de Muharram, y el árabe de la era de la ignorancia consideraba el mes de Muharram como el primer mes de su año.
Claro está habrá que poner atención en que los árabes no acostumbran inician su año con festejos y alegría. Este asunto para ellos es algo muy natural y lo pasan en forma normal al igual que los demás días del año. Explicado de otra manera, el asunto del cambio de año para ellos carece de un valor especial. En efecto los omeyas el día de ‘Ashûrâ lo eligieron como día festivo que claro está este asunto no tiene relación con el primer día del año. Y si ellos hubiesen martirizado al Imâm Husaîn (a.s.) en otra fecha, es posible que ese día lo hubiesen presentado como día festivo y de alegría para ellos.
El año nuevo lunar desde épocas muy antiguas, es decir desde antes del Islam, era el mes de Muharram, y este asunto no tiene ninguna relación con el Islam ni con los musulmanes. En forma más evidente, cuando la nueva religión (el Islam) dominó sobre la Península Arábiga, el Islam aceptó el calendario que la gente de Arabia tenía y era común en esa región.[1]
El único cambio que la religión sagrada del Islam realizó en el calendario de los árabes fue el cambio del principio del año es decir, del año del Elefante (‘Amul Fil) al de la emigración del Profeta (s.a.w.) de la Meca a Medina.[2]
Mas’ûdî a este respecto dijo: “Los árabes consideran el mes de Rabî’ como el primer mes de su año, y el primer momento de Rabî también son tres días transcurridos del mes de Elul que iba acompañado con la llegada de la lluvia y el primer día de Saîf también era el mes de Rabî’ Al-Zânî que iniciaba tres días del mes de Âdhâr (a principios de la primavera)”.[3]
Pero entre los árabes usaban poco el calendario solar tanto antes de la llegada del Islam como después de ésta, en tal forma que dijeron que sólo para comerciar o cosechar se veían obligados a usarlo.[4]
Por lo tanto la antigüedad del cambio del año lunar en el mes de Muharram, se refiere a épocas muy lejanas entre los árabes, y cuando el Imâm Husaîn (a.s.) fue martirizado en ese mes es natural que nadie podía cambiar el mes del inicio del año ni cambiar el año nuevo a otro mes. Además esta costumbre no existía entre los árabes que el cambio del año lo consideraran festivo y festejaran; es decir el cambio del año para ellos era un día natural e iniciaba sin el más mínimo acogimiento ni cambio en su vida diaria.
En efecto, el asunto que se presenta fue que los omeyas después del martirio del Imâm Husaîn (a.s.) el día del martirio de este generoso (‘Ashûrâ) lo consideraron su día festivo y lo festejaban. Y para respetar y festejar este día falsificaron numerosas narraciones que por desgracia muchos de los musulmanes aún se encuentran bajo los efectos de esas narraciones y ese día lo consideran un día beneficioso y con bendiciones y ¡la fiesta de bodas la dejan para ese día![5]
Zakarîâ Qazwînî a este respecto escribió: “Los omeyas opinaban festejar en ‘Ashûrâ por ello mientras lo shi’ítas habían considerado ese día como día de luto y recitaban himnos de lamentaciones y evitaban los adornos, los omeyas ese día lo festejaban colocando adornos y realizando fiestas”.[6]
Zarandî Hanafî también escribió: “El día de este mes (Safar) es el día festivo de los omeyas; puesto que ese día entraron con la cabeza de Husaîn (a.s.) a Damasco”.[7]
Claro está este asunto no tiene ninguna relación con el primer mes del año y si ellos hubieran martirizado al Imâm Husaîn (a.s.) en otra fecha sin duda ese día lo hubieran considerado un día festivo.
[1]– Ÿawân ‘Alî, Al-Mufasal fi Târij Al-‘Arab qabl Al-Islâm, primera edición, t.8, p.460.
[2]– Ídem.
[3]– Mas’ûdî, Murawiÿ Al-Dhahab, t.2, p.192, según lo transmitido por Ÿawâd ‘Alî, Al-Mufasal fi Târij Al-‘Arab…, t.8, p.441.
[4]– Al-Mufasal fi Târij Al-‘Arab…, t.8, p.446.
[5]– Para más información puede recurrir a las siguientes Fuentes:
· Bîrûnî Abû Reîhân, Azâr Al-Bâqîah, impreso en Europa, p.329.
· Adam Mitz, Al-Hidzârat Al-Islâmîah fi Al Qurun Al-Râb’ Al-Hiÿrî, t.1, p.137
· Shaîj ‘Abbâs Qumî, Al-Kunî wa Al-Alqâb, t.1, p.431.
· Ibn Hiyr Haîzamî, Al-Sawâ’iq Al-Mahraqah, p.181.
· Ibn Taîmîîah, Iqtidzâ’ Al-Sirât Al-Mustaqîm, p.301.
· Muqrîzî, Al-Jutut wa Al-Azâr, t.1, p.490.