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Los jurisconsultos que no consideran permitido imitar a un muÿahid (experto en jurisprudencia islámica) muerto, argumentaron algunas razones que para obtener información de estas razones deberá recurrirse a las obras de jurisprudencia. Pero esta pregunta es posible discutirla desde otra perspectiva y esta es que ¿cuáles son las ventajas de un dictamen así y en realidad cuál es su filosofía desde la opinión de este grupo?
Para responder a esta pregunta indicamos algunos puntos:
1. La educación y demás adquisición de las ciencias religiosas de los estudiantes de teología para llegar al grado del iÿtihâd (deducir las normas islámicas), provoca tanto la sobrevivencia de los centros de estudios de ciencias religiosas como su progreso.
2. Aunque los reconocidos sabios del pasado, respondieron y resolvieron numerosos asuntos y dificultades, pero muchos de los asuntos quedaron pendientes que deberán ser respondidos por los futuros sabios.
3. Los musulmanes todos los días en su vida personal y social, así como en los asuntos internos y externos de su vida en el mundo se enfrentan con nuevos asuntos, pero desconocen sus obligaciones respecto a estos. En estos casos deberán haber juristas vivos que estudien y lleguen al iÿtihâd para poder evidencien las obligaciones de la gente.
4. Muchos de los asuntos se encuentran en estado de evolución y transformación, y es el muÿtahid vivo el que puede, considerando las condiciones del tiempo y el lugar, darse cuenta del cambio del asunto y dar un dictamen necesario.
5. El avance de las ciencias islámicas se encuentra paralelo a otras ciencias.
Un grupo de los juristas shi’ítas[1] no consideran permitido imitar a un muÿahid muerto cuando se hace por primera vez, y dicen: “Imitar a un muÿahid muerto sólo es permitido en caso de que lo hubiesen imitado cuando estaba con vida”. Es decir aquellos que imitaban a un muÿahid cuando estuvo vivo, después de la muerte del muÿahid pueden permanecer imitándolo con el permiso y el dictamen de un muÿahid vivo.
El que nuestros juristas consideren una de las condiciones del marÿah taqlîd (autoridad legal a imitar) el estar con vida y no consideran permitido imitar a un marÿah muerto, tiene razones jurídicas especiales propias, que se discuten en los debates técnicos jurídicos, y mencionarlo se encuentra fuera de los límites de esta pregunta. Pero el asunto que se plantea en ésta es posible discutirlo desde otra perspectiva y esta es que ¿cuáles son las ventajas de un dictamen así y en realidad cuál es su filosofía desde el punto de vista de este grupo?
Por ello para contestar esta pregunta sólo indicamos algunas ventajas de este dictamen islámico:
1. Esta teoría provoca la sobrevivencia de los centros de estudios de ciencias religiosas y el desarrollo progresivo de estos. Puesto que según esta teoría el sendero del iÿtihâd se encuentra abierto, y al educar a otros sabios en los centros religiosos, surgen nuevos muÿahid y marÿah taqlîd en este campo.
2. Muchos de los asuntos ignorados y dificultades del pasado fueron resueltos por los reconocidos sabios de esa época, sin embargo numerosos de los asuntos se encuentran todavía pendientes que deberán ser resueltos por los sabios futuros. Inclusive tocante a los asuntos que fueron resueltos, tomando en consideración los avances de la ciencia en el mundo, puede ser que se den mejores y más completas respuestas que las respuestas de los sabios en el pasado.
3. Tomando en consideración la enseñanza y adquisición de las ciencias islámicas en los centros de estudios religiosos tales como la interpretación, la jurisprudencia, los principios islámicos y otros, en las Universidades Teológicas, esta ciencia ha avanzado paralela a otras ciencias y se perfeccionará.
4. Los musulmanes todos los días en su vida personal y social, así como en los asuntos internos y externos de su existencia en el mundo se enfrentan con nuevos asuntos, y el jurista conocedor de la época es el que debe evidenciar sus obligaciones. Fundamentalmente este es el secreto que se encuentra registrado en las narraciones para recurrir a los muÿahid. El Imâm Mahdî (a.ÿ.) dijo: “En cualquier asunto que se les presente (sucesos, accidente) recurran a los narradores de nuestros hadices”.[2]
“Los sucesos o accidentes” son esos mismos nuevos asuntos que ocurren período a período, siglo a siglo, año a año, sino que día a día. Y este mismo jurista en vida y conocedor de la época es el que puede responder a este asunto. El estudio de los libros de los juristas muestra que gradualmente según las necesidades de la gente nuevos asuntos fueron agregados a la jurisprudencia y los juristas dieron también respuesta a estos, mientras que los avances de la ciencia en jurisprudencia se obtuvieron durante largos años y en manos de los juristas de las diversas épocas
5. Muchos de los asuntos del pasado han cambiado y se han transformado en otros asuntos, y es el muÿahid en vida el que puede deducir y presentar de las pruebas (aleyas y narraciones) el dictamen de los nuevos asuntos.[3]
[1]– En nuestra opinión primero: imitar por primera vez a un muerto es permitido y si el muerto es más sabio que los muÿtahid en vida, es obligatorio. Segundo, en los asuntos sociales sólo debe imitarse al muÿtahid que ocupa el rango del liderazgo, y en los asuntos no-sociales es permitido imitar a otro fuera del líder.
[2]– Tabarsî, Ihtiÿâÿ, t.2, p. 283, “و اما الحوادث الواقعة فارجعوا فیها الی رواة حدیثنا”.
[3]– Para más información recurrir a: Mutaharî Murti, Las diez exposiciones, exposición de los principios del iÿtihâd en el Islam.