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Jums en la lingüística significa un quinto, y en la terminología de la jurisprudencia corresponde a pagar un quinto de la ganancia que se obtiene a través de la agricultura, la industria, el comercio, la investigación o a través de trabajar como obrero o empleado.
El pago del jums es una de las obligaciones islámicas, y el Generoso Corán lo ha colocado a la par de la lucha santa. El quinto posee diversas filosofías y secretos, que a continuación indicamos algunas de éstas:
1. El quinto es obligatorio con el propósito de proveer los gastos del Imâm (a.s.) como jefe del gobierno, para el progreso del sistema islámico y administración de la sociedad. Por ello en las narraciones el quinto ha sido recordado como “presupuesto del gobierno”.
2. Dios Sublime para proteger la generosidad y el honor del Profeta del Islam (s.a.w.) destinó el quinto como lugar para proveer el presupuesto para los indigentes de Banî Hâshim y parientes de éste honorable, y su parte la colocó similar a Su parte y a la parte de Su Profeta para dar fin con el pretexto para humillar a estos.
3. El quinto es para proveer el presupuesto de cualquier acto caritativo que el Imâm (a.s.) desea realizar, y puede utilizarlo para cualquier caso que considere conveniente.
4. El quinto es considerado un medio para el desarrollo y la perfección del ser humano que pagarlo provoca la atracción del sustento y el medio para perdonar los pecados.
5. El quinto es obligatorio para revivir la religión de Dios y realizar el gobierno islámico.
Lugar donde debe pagarse el jums
El quinto pertenece al Imâm (a.s.) y a los descendientes del Profeta, y durante las épocas de ocultación deberá ser pagado al jurista que cumple con todas las condiciones.
En respuesta a las dos preguntas realizadas, se mencionan los dictámenes de los supremos religiosos con autoridad legal de la siguiente forma:
Imâm Jumeînî (que en paz descanse): Deberá pagarlo al supremo religioso que imita o al experto en jurisprudencia islámica que al igual que su supremo religioso lo utilice en la calidad y cantidad que lo hace, y también puede utilizarlo ahí donde permita el supremo religioso al que imita.[1]
Aîatul.lah Jumeneî: El quinto deberá ser entregado al guardián legal de los musulmanes o a su representante. Pero si actúa también según el dictamen del supremo religioso al que imita, pagó su deuda.[2]
Los grandes Aîatul.las tales como Fâdil (que en paz descanse),Nûrî, Makârim, Bahÿat (que descanse en paz) y Wahîd: La parte del Imâm (a.s.) deberá pagarla al supremo religioso que imita o al experto en jurisprudencia islámica que al igual que su supremo religioso lo utilice en la calidad y cantidad que lo hace, y también puede utilizarlo ahí donde permita el supremo religioso al que imita, y la parte que corresponde a los descendientes del Profeta (s.a.w.) por precaución obligatoria deberá entregarla al supremo religioso que imita, o con su permiso entregarla a los descendientes del Profeta.[3]
Aîatul.lah Tabrîzî (que en paz descanse): La parte que le corresponde al Imâm (a.s.) deberá ser entregada al supremo religioso que imita, o utilizarla en lo que él permite. Si desea entregarla a otro experto en jurisprudencia islámica, por precaución obligatoria deberá pedir permiso al supremo religioso que imita y él mismo puede entregar la parte que corresponde a los descendientes del Profeta.[4]
Aîatul.lah Sîstânî: La parte del Imâm (a.s.) deberá entregarla al supremo religioso que imita, o utilizarla en lo que el supremo permite. Por precaución obligatoria debe ser el supremo religioso más sabio y conocedor de todos los aspectos de la gente común, y él mismo puede entregar la parte correspondiente a los descendientes del Profeta.[5]
Aîatul.lah Sâfî: Deberá pagar la parte del Imâm (a.s.) al supremo religioso que imita o al experto en jurisprudencia islámica que al igual que su supremo religioso la utilice en la calidad y cantidad que lo hace. También puede utilizarla ahí donde permite el supremo religioso al que imita, y la parte que corresponde a los descendientes del Profeta puede entregarla a ellos.[6]
Cláusula: El quinto se divide en dos partes, una mitad corresponde al Imâm (a.s.) y la otra es la parte que corresponde a los descendientes del Profeta (s.a.w.). Los Aîatul.lah Sîstânî, Tabrîzî (que en paz descanse) y Sâfî respecto a la parte que corresponde a los descendientes del Profeta no consideran necesario el permiso del experto en jurisprudencia islámica.
[1]– Taûdîh Al-Masâ’il Marâÿa’, t.2, asunto 1834.
[2]– Jumeneî, Aÿvabat Al-Masâ’il, preguntas 1002 y 1004.
[3]– Taûdîh Al-Masâ’il Marâÿa’, t.2, asunto 1834; Nûrî, Taûdîh Al-Masâ’il, asunto 1830; Wahîd, Taûdîh Al-Masâ’il, asunto 1843.
[4]– Taûdîh Al-Masâ’il Marâÿa’, t.2, asunto 1834.
[5]– Ídem.
[6]– Ídem.