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En esta narración existe la palabra “tâbût” (arca, caja, ataúd), que en el Generoso Corán también fue indicado:
«... أَنْ یَأْتِیَکُمُ التَّابُوتُ فیهِ سَکینَةٌ مِنْ رَبِّکُمْ ...»
“…el Arca portadora de la tranquilidad, que procede de vuestro Señor…”. Esta honorable aleya muestra cómo los Hijos de Israel no confiaban plenamente en la misión de Saúl por parte de Dios, incluso de lo dicho directamente por su Profeta “Samuel” a quien le pidieron un signo y una razón. Su Profeta les dijo: “El signo de su gobierno es que el tâbût (Arca de la Alianza) vendrá hacia vosotros”.
Mucho se ha hablado en las narraciones, en los libros de exegesis así como en los Libros del “Antiguo Testamento (la Toráh)” respecto a qué fue el Arca de los hijos de Israel y, explicado de otra manera, qué fue “el Arca de la Alianza”, quién la construyó y qué contenía, pero lo más evidente es lo registrado en las narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.) y lo dicho por algunos exegetas, y esto es que: según las narraciones el tâbût es una caja de madera en la que la madre de Moisés (a.s.) por orden de Dios colocó a su hijo y la soltó en el Rio Nilo.
Puede decirse que existe una relación entre esta honorable aleya donde la tribu de los Hijos de Israel solicita el tâbût (Arca) a Saúl, y estas frases de la narración que Dios ordenó al Profeta del Islam (s.a.w.) el día de Gadîr entregar las armas -el Arca- a su sucesor, puede considerarse que estos medios llegaron a manos del último de los Inmaculados Imames (a.s.) generación tras generación, y el Imam de la Época (a.ÿ.) presentará esta Arca y armas a la gente como uno de sus signos.
En una frase de esta narración dice así: “…Gabriel se presentó y dirigiéndose al Profeta (s.a.w.) dijo: “Dios después de enviarte saludos dice: »La hora de tu muerte se ha acercado y el período de tu profecía llega a su término. Debes saber que te invito sin ninguna otra alternativa ni escape. Entonces di lo que debes decir y deja tus recomendaciones, y toda la sabiduría de ti mismo y la sabiduría heredada de los Profetas anteriores, las armas y el Arca. Entrega los efectos y las aleyas de tu mensaje a tu albacea y sucesor, y a la evidencia más perfecta de Mi creación, ‘Alî Ibn Abî Tâlib (a.s.), colócalo como un signo para la gente y renueva el pacto con él. Recuérdales a todos los hombres y mujeres creyentes todos los pactos que convienen en cuanto a la tutoría de ‘Alî Ibn Abî Tâlib (a.s.), Mi walî (sucesor) y señor de ellos…«”.[1]
En esta narración existe la palabra “tâbût” (Arca), que en el Generoso Corán también fue indicado:
«وَ قالَ لَهُمْ نَبِیُّهُمْ إِنَّ آیَةَ مُلْکِهِ أَنْ یَأْتِیَکُمُ التَّابُوتُ فیهِ سَکینَةٌ مِنْ رَبِّکُمْ وَ بَقِیَّةٌ مِمَّا تَرَکَ آلُ مُوسى وَ آلُ هارُونَ تَحْمِلُهُ الْمَلائِکَةُ إِنَّ فی ذلِکَ لَآیَةً لَکُمْ إِنْ کُنْتُمْ مُؤْمِنینَ»
“Y su Profeta les dijo: «En verdad, la señal de su reinado será que (el Arca de la Alianza) vendrá a vosotros, transportada por los ángeles, el Arca portadora de la tranquilidad, que procede de vuestro Señor y de las reliquias que dejaron la familia de Moisés y la familia de Aarón. En ello hay una señal (evidente) para vosotros, si sois creyentes”.[2]
El vocablo “tâbût” se deriva de la raíz “tawab” y significa recurrir y regresar (arrepentimiento)[3], también significa una caja, ataúd o arca de manera. Por esto mismo es que a las cajas para cargar a los muertos también se les llama tâbût (ataúd). Debe considerarse que el significado principal de tâbût (en la lengua árabe) no es exclusivo de una caja para los muertos sino su significado incluye cualquier caja de madera.[4]
Mucho se ha hablado en las narraciones, en los libros de exegesis así como en los Libros del “Antiguo Testamento (la Toráh)” respecto a qué fue el Arca de los hijos de Israel y, explicado de otra manera, qué fue “el Arca de la Alianza”, quién la construyó y qué contenía, pero lo más evidente es lo registrado en las narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.) y lo dicho por algunos exegetas, y esto es que: según las narraciones el tâbût es una caja de madera en la que la madre de Moisés (a.s.) por orden de Dios colocó a su hijo y la soltó en el Rio Nilo. Y tal vez esta caja fue llamada “tâbût” porque causó la salvación del Profeta Moisés (a.s.) y el regreso a su madre.[5]
‘Alî Ibn Ibrâhîm Qumî transmitió del Imam Muhammad Bâqir (a.s.) que este honorable dijo: “El propósito de tâbût es esa caja que Dios envió para la madre de Moisés, en la cual colocó a Moisés y luego la echó al mar, y este tâbût era muy respetable por los Hijos de Israel y muy valioso, y fue a través del cual recibían las bendiciones…”.[6]
Esta honorable aleya muestra cómo los Hijos de Israel no confiaban plenamente en la misión de Saúl por parte de Dios, incluso de lo dicho directamente por su Profeta “Samuel” a quien le pidieron un signo y una razón. Su Profeta les dijo: “El signo de su gobierno es que el tâbût (Arca de la Alianza) vendrá hacia vosotros”.[7]
Puede decirse que existe una relación entre esta honorable aleya donde la tribu de los Hijos de Israel solicita el tâbût (Arca) a Saúl, y estas frases de la narración que Dios ordenó al Profeta del Islam (s.a.w.) el día de Gadîr entregar las armas -el Arca- a su sucesor, puede considerarse que estos medios llegaron a manos del último de los Inmaculados Imames (a.s.) generación tras generación, y el Imam de la Época (a.ÿ.) presentará esta Arca y armas a la gente como uno de sus signos.[8]
[1]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.37, p.202; Tabarsî Ahmad Ibn ‘Alî, Al-Ihtiÿâÿ ‘alâ Ahl Al-Liÿâÿ, t.1, p.56.
[2]– Al-Baqara [2:248].
[3]– Qurshî Seyed ‘Alî Akbar, Qâmûs Qurân, t.1, p.260; Tabâtabâî Seyed Muhammad Husayn, Al-Mîzân fi Tafsîr Al-Qurân, t.2, p.289.
[4]– Makârim Shîrâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.2, p.239.
[5]– Husaynî Hamidânî Seyed Muhammad Husayn, Las luces brillosas, investigación de Muhammad Bâqir Bihbûdî, t.2, p.267; Mustafawî Hasan, Investigación en los vocablos del Generoso Corán, t.1, p.372; Exegesis Nemunah, t.2, pp.239-240.
[6]– Tabarsî Fadl Ibn Hasan, Maÿma’ Al-Baîân fi Tafsîr Al-Qurân, investigación: con introducción de Muhammad Ÿawâd Balâgî, t.2, p.614.
[7]– Ídem; Exegesis Nemunah, t.2, p.239.
[8]– Bihâr Al-Anwâr, t.53, p.85.